Amada Morado Aguiar y el Teatro- Estudio en la Radio Cubana

¿Amada Morado, soñó alguna vez con ser artista?

Desde que tenía diez o doce años. Este deseo nació con la televisión. No conocía el teatro. Quedaba fascinada con las actuaciones que veía en la tele con Gina Cabrera, Raquel Revuelta, Berta Martínez, Maritza Rosales, Aurora Pita, Margarita Balboa, Maria de los Ángeles Santana… En casa de mi abuela materna, que era donde vivía, también se oía mucho radio, fundamentalmente novelas y los espacios de Aventuras. Cuando entusiasmada manifestaba mi deseo de ser artista, encontraba un rechazo unánime en mi familia. Según decían, ese no era trabajo para una muchacha decente, debía estudiar para maestra o secretaria. Me convertí entonces en una ferviente lectora. Un día leí un anuncio: Se iniciaba  un curso de la Academia Municipal  de Arte Dramático.

¿Y qué hizo entonces?

Sin pensarlo mucho me presenté en la Academia y matriculé. A los 14 años yo parecía mayor, lo que me facilitó hacerles creer que tenía la edad requerida, junto con una carta de mi madre, escrita y firmada por mí, por supuesto. Cuando me hacían estudiando mecanografía y taquigrafía, yo me encontraba recibiendo clases de actuación. Aquello no duró mucho, lo descubrieron y me enviaron para casa de mi abuela paterna que vivía en compañía de mi única tía. Mi  padre había fallecido. Mi tía tenía una peluquería y decide ponerme a aprender el oficio y me puso a trabajar allí.

¿Y esta situación se mantuvo hasta cuándo?

A los pocos meses del triunfo de la Revolución, mi tía y abuela, deciden irse del país y llevarme con ellas. Entonces me fui de la casa. Tenía 16 años. Con las propinas que había guardado pensaba que podía emprender el vuelo hacia la meta que ansiaba. En Noviembre de 1960 dejé la barriada de Lawton.

Pero sola y siendo aún muy joven. ¿Cómo se desenvolvió?

Yo sabía que por la zona de la Universidad había muchas casas de huéspedes, para los estudiantes del interior. Ya cansada de buscar entré en una cafetería que estaba en Infanta y Zanja. Una señora que se encontraba allí me ayudó y me llevó a una casa de huéspedes en la calle M y 27. Eran gente seria, conocidos suyos. Siempre le agradeceré su amabilidad. Era un cuarto chiquito con tres o cuatro camas. Tenía derecho a bañarme y dormir de noche, durante el día no debía permanecer en la casa.

¿Qué hizo para subsistir en ese tiempo?

Al día siguiente de llegar a la casa de huéspedes compré unos pomitos con pintura de uñas y unas limas. Debía trabajar para poder mantenerme. Ahí empezó otra odisea porque no tenía un local para arreglar las uñas. Comencé a tocar puerta por puerta para trabajar en casa de las posibles clientas. Me anoté en un curso de Primeros Auxilios que se estaba impartiendo en el Hospital Calixto García.

¿Pudo terminar el curso?

Nos graduamos el 14 de Marzo de 1961. En Abril con la invasión de Playa Girón, nos movilizaron para ayudar en todo lo que hiciera falta. Allí permanecí alrededor de tres meses. Después empecé a trabajar en  la fábrica de camisetas Flex, como operaria. Eso me permitía cubrir mis gastos. Cambié de casa de huéspedes. Ahora podía dedicarme a la búsqueda de un nuevo horizonte para llegar a la actuación.

¿Después de un abrupto camino. Cómo se produce su llegada al mundo del arte?

Comienzo como aficionada en un grupo de danzas folclóricas en 1954. En 1965 me incorporo al grupo de teatro de aficionados que tenia el Sindicato Nacional de Artes y Espectáculos. Durante el día trabajaba como operaria en la fábrica y por las noches, nos reuníamos para montar obras o participar en talleres, cursos, etc. Nos presentábamos en los campamentos cañeros. Compartimos algunas jornadas en Camagüey, con esa magnífica actriz y persona que es Gina Cabrera. Fue un verdadero placer.

¿Y después cómo se desarrolla su presencia en las salas de teatro?

En 1966 comienzo a asistir a un taller de actuación de Vicente Revuelta en Hubert de Blanck. Asistían numerosos actores y actrices profesionales. Participábamos en las clases, ejercicios y luego nos reuníamos en grupos para montar escenas que presentaríamos en el siguiente encuentro. Este es mi primer contacto con Teatro-Estudio. Era una etapa de mucha efervescencia. Había descubierto al fin, el maravilloso mundo del teatro, de la danza, de la plástica…

¿Cuándo realizó su primera participación artística?

La primera vez fue en El beso de la patria, que se efectuaba todas las semanas en la escuela primaria. Ahora, mi primera participación en el mundo profesional, se produce el 19 de Mayo de 1967.  En Marzo del 67, Mario Aguirre, uno de los actores que conocí en el taller de Vicente, me propuso para sustituir a una actriz que había enfermado durante el montaje de Fiebre de Primavera de Noel Coward. La obra la dirigía Rubén Vigon, que además estaba al frente de la Sala Arlequín, donde se iba a presentar la pieza. Me hizo una prueba de actuación y me dio el personaje de Mayra.  ¡Que suerte tuve ¡El estreno fue al lado de Maria de los Ángeles Santana.

¿Cuáles son sus actrices preferidas en ese momento?

Junto a las mencionadas actrices cubanas, en la medida que me fui desarrollando en el mundo de la actuación, mi admiración también  se extendió a otras grandes actrices del mundo como  Ana Magnani, Simona Signore, Vanessa Redgrave  Catherine Herpbum, entre otras.

¿Qué aportes ha recibido de los directores?

En cada uno de los medios en que me he desempeñado, siempre he hallado en  muchos directores una lección. Ellos han dejado una huella positiva en mi desarrollo artístico. Mencionarlos a todos sería interminable, referirme solo a algunos sería injusto.

¿Cómo ha sido su desarrollo artístico?

Como ya dije, en 1964 comencé como aficionada. Eso me permitió vincularme con el mundo del teatro. En 1967 hago mi debut profesional en la Sala Arlequín. En 1968 ingreso al Grupo Teatro Estudio. Teatro Estudio, con Raquel Revuelta al frente, desde 1968, ha aportado muchísimo a mi carrera profesional.

Allí tuve las dichas y el honor de trabajar con directores, actrices y actores extraordinarios, maestros que nos  inculcaron, la disciplina, el rigor y el amor a la profesión. Allí pasamos por experiencias inolvidables, de los clásicos a los contemporáneos, de la comedia a la tragedia.

Los entrenamientos físicos. La vinculación de la teoría y la práctica, propiciaron ese taller de creación que ha sido un referente imprescindible en la historia del teatro cubano a partir de 1959. Allí me formé y permanecí hasta 1991, fecha en que Raquel y Vicente Revuelta deciden emprender una nueva experiencia y pasan a la conocida “Casona de Línea”.

El grueso del grupo permaneció en la sede, es decir, Hubert de Blanck, nombre que asume la nueva Compañía  desde 1991. En esta compañía me he desarrollado en los últimos 17 años, con actores, directores y personajes de gran importancia y allí permanezco.

Dígame los principales trabajos que realiza en el Teatro.

Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba, de Federico G. Lorca, con dirección de Berta Martínez; Los soles truncos, de René Marqués y  dirección de Doris Gutiérrez. Hice también  La Inés,  Morir del cuento, de Abelardo Estorino y la dirección de Alberto Sarracín.  Vientos huracanados, de Julio Cid, con dirección de Maria Elena Soteras y Parece blanca, de Abelardo Estorino, y con su propia dirección. Han sido 40 años en el teatro.

¿Y en la Televisión, mencione sus principales trabajos?

Durante 17 años he asumido infinidad de personajes, pero el que más ha calado en la memoria es el personaje de Emelina, en Destino prohibido, novela de Xiomara Blanco, con dirección, de ella misma.

También trabajé con el personaje de Paula, en la novela Polvo en el viento, de Silvio Hernández con la dirección de Xiomara Blanco.

Recuerdo también el personaje de Raquel en el Teleplay El choque, con libretos y dirección de  Jorge Alonso Padilla. Más recientemente hice el personaje de Esperanza en las Aventuras de Los tres Villalobos, con libretos de Pedro Urbezo y dirección, de Miguel Sosa, a partir de la obra original  de Armando Couto.

¿Qué ha representado para usted la televisión?

Pienso que ha jugado un papel muy importante en mi desarrollo profesional el trabajo realizado en la televisión, donde he compartido con excelentes profesionales, directoras, actrices y actores. Gracias a ese medio he llegado a los hogares cubanos.

¿Tiene experiencias internacionales como actriz de teatro?

Con ambas agrupaciones he realizado giras internacionales representando a nuestro país en España, Portugal, Yugoslavia, la URSS, Bulgaria, México, Colombia, Venezuela, etc.

En una ocasión me dice que también incursionó en la radio.

Sí, estuve por Radio Progreso tres años y trabajé en algunos de sus espacios dramáticos. También lo hice durante algún tiempo en Radio Ciudad de la Habana. No puedo dejar de mencionar la radio, que me dio tanto entrenamiento a partir solo de la voz. Es un medio muy difícil. Le doy importancia además al trabajo de doblaje en la televisión. Todas estas actividades me aportaron muchísimo.

Además de actriz, practica otra especialidad artística.

En estos momentos estoy asumiendo la dirección artística de una obra que aunque se dice es para adolescentes, pienso es para todas las edades. Se trata de La travesía de Byron, de Esther Suárez Duran.

¿Qué significa para usted el haber cumplido su sueño de ser actriz?

La dicha de haber conocido y compartido labores con muchas de mis actrices favoritas. Aquellas que en mis sueños de adolescente me inspiraron el deseo de ser actriz, Raquel, Berta, Ma. de los Ángeles, Aurora Pita, Maritza Rosales, Gina Cabrera, Margarita Balboa, etc. Por haber trabajado con tantas y tantos compañeros, valiosos en todos los medios donde me he desempeñado y que tanto contribuyeron con mi desarrollo.

Le pido me diga qué faltaría para finalizar esta entrevista para el Portal de la Radio Cubana.

Que se diga que he sido consecuente con mis ideas, no me doy por vencida fácilmente y si volviera a nacer, tal vez el camino para hacer realidad mis sueños sería otro. De lo que sí estoy segura es que sería actriz definitivamente.

Para mí el pasado quedó atrás, en el baúl de los recuerdos, vivo el presente trabajando tan perseverante como siempre. Miro hacia el porvenir con la esperanza de un mundo mejor para todas y todos.

 

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