Antonio Hernández Pérez: Aquel BEJUCO Ramírez

Después, con la generalización de la televisión, y ya en plena década de los sesenta, cuando las familias modestas pueden tener acceso a la imagen real, disfruto mucho las actuaciones de este actor, que se da las manos en la escena del Teatro ICR, con las actrices y actores más sobresalientes de su tiempo.

De esa época nunca olvidaré su actuación brillante en el personaje de Esopo, al lado de la excelentísima Gina Cabrera, en la obra La Zorra y las Uvas, junto a otras puestas del espacio Teatro ICR en Televisión. O como protagonista de El Inspector, espacio policíaco, que sustituye a Sherlock Holmes, a principios de 1968, en el horario de las 10 y 30 de la noche del miércoles. Este programa lo escribe Carlos Más, y lo dirige el experimentado Erich Kaupp y cuenta, además, con las actuaciones de Fela Jar, Raúl Selis, Rolando Leyva, Miguel Sanabria y Humberto García Espinosa

Lo cierto es que conozco al verdadero en 1975, cuando se desempeña como Director de Relaciones Internacionales del ICR y más tarde lo recuerdo de visita en mi provincia, Camagüey, como Director de Programación, cargo que desempeña hasta 1985, cuando de nuevo vuelve a los estudios como actor y director. Todavía conserva el lenguaje campechano y nunca deja de hacer chistes, historietas sobre cosas que le suceden a otras personas y a él mismo. Eso sí, cuando tiene que asumir una responsabilidad y orientar una tarea, es la persona más mesurada, seria, responsable y exigente.

Alberto Luberta lo llama para interpretar en Radio Progreso, en Alegrías de Sobremesa,  personaje de … Como todas las pérdidas, y son muchas durante treinta y seis años, Antonio Hernández deja también un vacío en es histórico programa de nuestra radio.

En l997 Radio Rebelde, transmite una producción de Radioarte, sobre una aventura de Leonardo Moncada, que se titula La pantera de Monte Escondido, y Ñico Hernández, es de nuevo Bejuco Ramírez. Con mucha alegría me confiesa .

Una vez Ñico me dice que mientras Leonardo Moncada ocupa el espacio de aventuras de las siete de la noche por CMQ Radio, solamente tres veces se queda sin intérprete. Por vez primera, a principios de enero de 1960, cuando marcha a la trinchera a cumplir con sus deberes patrióticos ante la amenaza, que proviene como siempre, del norte.

Añade Ñico que . En otra ocasión lo movilizan para la limpia de bandidos en las montañas villaclareñas del Escambray. Manuel Andrés Mazorra, me cuenta que a Ñico le consiguen un mulo, al que nombra también Hilarión, como el caballo de las aventuras de Moncada. Sobre él recorre las lomas para llevar las cartillas de la alfabetización y los periódicos a las casas de los campesinos.

En ocasión del ataque mercenario a Playa Girón, Manuel Andrés Mazorra es su compañero de trinchera como miembros del batallón 120 de las Milicias Nacionales Revolucionarias. Se encuentran con otros trabajadores de la Radio, entre ellos: el escritor Eliseo Iglesias Novoa; el técnico René Martínez y los actores Rafael Díaz y Virildo Quiñonez. Allí los milicianos no lo llaman por Antonio, ni siquiera Ñico, sencillamente es . Hasta ese punto ha calado el personaje que populariza la Radio en el corazón del pueblo.

No importa el nombre. Para la historia: Antonio, Ñico y Bejuco, dan su aporte a la Gran Victoria de Cuba, en Playa Girón.

 

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