Eduardo Robreño, radialista y cubano por los 4 costados

Buscando el tema conversacional, volví a leer y a disfrutar sus obras Cualquier tiempo pasado fue, regalo del autor,  Como me lo contaron te lo cuento y Patricios en la Habana. Y decidí conversar con Eduardo Robreño sobre la radio, porque de ese tema, él tenía mucho que hablar y todavía no lo había contado. Cuando le expresé la idea, sonrió y me dijo:

– Me parece un  buen tema, porque yo me considero un pionero de la radio. En el año 1926 hice mi debut en la emisora de los hermanos Manuel y Guillermo Salas.

Ellos tenían una casa en  la que vendían pianos y pianolas, pero con el furor de la radio también pusieron una pequeña emisora, radio Salas. Entre sus programas había uno que hacía mi padre, Gustavo Robreño, que fue periodista, actor y autor del teatro vernáculo. Además de los monólogos que escribía mi padre, cantaba una artista famosa del Teatro Alambra, Hortensia Valerón. Interpretaba boleros de Jorque Anckermann, que era el maestro concertador del teatro.

Frecuentaba mucho la emisora y un día siendo un muchacho me dio por cantar, acompañado por el maestro Rivera. Lo primero que canté fue el tango Mi noche triste, género que estaba de moda. Por coincidencia también el primer tango que interpretó Carlos Gardel. Así fue como debuté en la radio, cantando.

De cómo continuó en la radio, Robreño, memorizó.

– Verás, cuando estaba en segundo año de derecho, cerraron la Universidad. Como me gustaba la radio, un día me fui a la calle Monte3, a un comercio que vendía bombillos y lámparas, llamado El Progreso Cubano.  Al   propietario, Domingo Fernández, le propuse hacer media hora de radio con el título La voz del estudiante. Recuerdo que el día que salimos al aire hicimos un  editorial que se llamaba Por qué venimos.

Tenía que buscar la publicidad para entregarle la mitad al dueño de la emisora. Durante un mes estuve detrás de los anuncios y lo único que conseguí fue un comercial de la Peletería Arrinda, que pagaba tres pesos al mes. Por supuesto el dueño de la emisora me dijo, que el programa no vendía. Antes de irme de la emisora El Progreso Cubano, hice otro editorial: Por qué nos vamos.-

Y termina ahí su carrera radial.

-Que va. Me fui para la CMK, una planta que estaba en los altos del Hotel Plaza. Uno de los dueños era el cuñado de Ernesto Lecuona, el abuelo de Leo Brouwer. También fracasé. Deambulé por varias emisoras. Una que estaba en la Loma del Mazo, otra en la calle tercera en Miramar, la de los Hermanos Serra en la calle San Francisco. En fin en esa época había muchas pequeñas emisora en la Habana.-

Sí, ya en 1930 en la Gran Habana existían 43 emisoras, el 70 por ciento de las que había en el país. Pero cuando usted logra por fin, trabajar sistemáticamente en la radio?

– A finales de la década de los años Treinta, Amado Trinidad, al retirarse de la firma cigarrera Trinidad y Hermanos, lo hizo con ochocientos mil pesos en el bolsillo y le dio por ser magnate de radio. Inauguró en Santa Clara la CMHI, en 1939, con el nombre de Cadena Azul, que además tenía una filial en la Habana, en la calle Prado esquina a Genios.

¿Y puede trabajar en este lugar?

– Allí inauguraron un noticiero que dirigía Mariblanca Sabas Alomá. Recuerdo que trabajaban Ibrahim Urbino, Lorenzo del Valle y Armando Canalejo. Me llamaron para que escribiera unos Sketch, que después interpretaron Gilberto Delfino y Estli Echazabal, una pareja de cómicos. Empecé a escribir en 1939.-

Imagino que atesora algún a anécdota sobre el quehacer radial de los años 40.

– Cuando se convoca la Asamblea Constituyente se me ocurrió dar por radio las sesiones de la Asamblea. Me fui a ver a Ramón Grau San Martín, porque sabía que iba a ser el Presidente de la Asamblea. Me dio la autorización para poner los micrófonos en el Hemiciclo el Capitolio Nacional, donde celebraron las sesiones de la Asamblea Constituyente, ya que era la sede de la Cámara de Representantes.-

¿Y se hace la transmisión?

– Y con tremendo éxito. Grau solo puso una condición. Que no se perdiera ningún detalle de lo que sucediera en el evento. Los locutores y comentaristas éramos Ibrahim Urbino y yo. Y una cosa simpática, Urbino era comunista y yo auténtico. Pero era un gran locutor y comentarista, una gente de mucho nivel y un gran amigo. Te aseguro que durante esas transmisiones, la cadena Azul acaparó la mayor radioaudiencia del país.-

Hábleme de la RHC cadena Azul.

– Fue consecuencia de la unión de la Cadena Azul de Santa Clara y Radio Habana Cuba, de Ciudad de la Habana. Nació el primero de abril de 1940 la célebre RHC Cadena Azul. RHC por las siglas de Radio Habana Cuba. El caso es que se unieron las dos plantillas y el único que quedó fuera fui yo, a pesar de haber ayudado a esa consolidación.

La RHC Cadena Azul muy pronto acapara el favor mayoritario del público y alcanza reinar a partir de que es la única cadena Nacional telefónica, pero sobre todo por la programación que pone al aire. Todos recordamos programas como La tremenda corte, La Bolsa del saber o La novela del aire.

La Cadena Azul aglutinó a las figuras más prominentes del arte y la cultura. Clara menos a mí. Amado Trinidad elevó salarios y trajo destacadas figuras del pentagrama internacional. Este reinado duró pocos años. Finalmente logra imponerse la CMQ, ya en manos de los hermanos Mestre.-

Robreño continúa sus estudios y se gradúa de Abogado. Abandona unos años la radio. Se dedica más a la política por el partido auténtico y también a negocios de seguros. Finalmente tiene que abandonar el país. A su regreso en 1959, comienza a escribir y también a hacer libretos para la televisión.

– Hice veinticinco libretos. El espacio lo titularon La canción cuenta su historia. Comenzó con Mujer Bayamesa de Sindo Garay. Después la habanera tú, de Sánchez de fuentes, con María de los Ángeles Santana en el papel protagónico. Pensamiento de Teofilito, lo interpretó Enrique Santisteban; Longina de Manuel Corona, la representó Asenneh Rodríguez. Esta serie terminó con el cha,cha,chá La engañadora, que contó con la partí pación de su autor Enrique Jorrín.

Después continué en la televisión. Aunque a mí no me gusta salir en cámara hice un  programa de un año que se llamó Que república era aquella. Intervenían el periodista Mario Kuchilán y María de los Ángeles Santana. El libreto era de mi buen amigo Enrique Núñez Rodríguez. –

De cómo se reincorpora a la radio, Robreño expresó:

– La radio era, lo que me llamaba la atención. Un día Luís Más Martín, entonces director de Radio Rebelde me dijo que por qué no hacía unos comentarios relacionados con temas importantes de la sociedad. Y en 1972 empecé en Radio Rebelde… Hace veintiocho años que estoy en la radio. Debo haber hecho alrededor de ocho mil comentarios.

Cuando se unen Radio Liberación y Radio Rebelde, comencé con Manuel Villar, el 1ro. De abril de 1984, el programa Memorias. El 3 de diciembre de 1985 se crea Radio Taíno y Orlando Castellanos, Jefe de Programación me pide colaboración.-

Como hombre que ha pasado más de veintiocho años haciendo radio, debe guardar en el cofre de la memoria muchas anécdotas. Desea compartir alguna.

– Me llaman un día de Radio Rebelde para que hiciera el programa La hora de la confronta. Héctor Fraga y yo acostumbrábamos a hacer la grabación e imaginariamente íbamos a distintos lugares de La Habana. Una de las veces hicimos un programa atravesando la bahía. El sonidista del programa era muy bueno, se oían las olas, el aire del mar. Llegamos a Regla. Allí estaba la casa e Luisa Pérez de Zambrana, la gran poetisa, íbamos a hablar de ella, pero antes nos detuvimos en el parque de la ciudad y yo decía !Qué hermosa noche! …Esta grabación se hizo un martes y el programa salió al aire el viernes siguiente. Mientras yo estaba hablando de las bondades de aquella noche tan linda en Regla, pasaba por la Habana el ciclón Kate, a más de cien kilómetros por  hora. Por eso hay que tener más cuidado, pero indudablemente son miles las personas que escuchan radio por la madrugada.-

El 24 de junio de 2001 cuando faltaban tres meses para su cumpleaños 91, dejó de latir el corazón de este habanero, de este cubano ejemplar, que con la naturalidad que siempre lo caracterizó, decía con orgullo: — Hice en cada momento lo que tenía que hacer, me siento satisfecho y tengo la frente bien alta porque soy cubano por los cuatro costados.

Nota
EDUARDO ROBREÑO DEUPY: Ciudad de La Habana. Nació el 23-09-11  y falleció en La Habana el 24-06-2001

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