El 3 de enero de 2015, supimos que no volveríamos a disfrutar más en vivo la voz del popular locutor insigne de la radio cubana, Ángel Eduardo Rosillo Heredia. Retirado en 2013 con su familia en el municipio San Antonio de los Baños de la entonces recién creada provincia Mayabeque, mal de salud desde noviembre de 2012, no podía conducir ya los programas con que nos deleitaba.Entre varias hospitalizaciones, agravó con el repentino fallecimiento de su esposa Odris Heredia, insustituible en su vida y en su obra, y tras varios días de gravedad, falleció con 85 años de edad en La Habana este primer sábado de 2015; fue sepultado la mañana del día siguiente, domingo.
Hijo de Francisco y de María Antonia de la Caridad, había nacido el 20 de febrero de 1929 en la calle Martí #56 del pueblo La Maya, en Alto Songo, barrio importante en raíces africanas para la cultura cubana, que había sido quemado durante la masacre de 1912 contra los “Independientes de Color”; hoy municipio Songo-La Maya en la provincia Santiago de Cuba, antaño provincia Oriente.
Desde niño había descubierto su vocación para la radio, en la que debutó el 20 de mayo de 1949 con 20 años cumplidos, cuando se inauguró la emisora de La Maya; luego sería locutor en CMKT (Las Tunas) y en la CMKC y la CMKR, Santiago de Cuba.
Por la persecución política, llegó en enero de 1958 a La Habana: deambulaba por las emisoras y las publicitarias, donde el trabajo se limitaba a grabar alguna mención comercial. Ya tenía una familia y había abandonado el 3er. Año de la Universidad de Derecho, y sin poder alcanzar un micrófono radial, se dedicó a anunciar comerciales en un carro altoparlante, labor en la que lo descubrió la recién creada Policía Nacional Revolucionaria (PNR), que lo invitó a ofrecer conferencias de tránsito por uno de sus auto-parlantes, lo que inició entonces como pionero de esta modalidad que informaba sobre las transformaciones del código vial entonces, con lo que devino “el policía 1049”, germen de la idea de trasmitir esos consejos a través de la radio, por lo que un espacio sobre tránsito, que compartiría con Héctor de Soto, fue creado en la emisora CMQ, empeño que en 1961 trasladó al canal 4 de la televisión.
Cuando el director del programa le pidió que sustituyera al locutor ese día indispuesto, la radio nacional lo atrapó para siempre.
En octubre de 1963 pasó la prueba para realizar su gran sueño: trabajar en Radio Progreso, “la onda de la alegría”, donde estaría más de 50 años animando cuatro clásicos de la radio cubana que ocuparon los primeros lugares del rating: con su dominio magistral de la música universal, fue fundador de La discoteca popular, La discoteca del ayer, Un domingo con Rosillo y el tan longevo y exitoso Alegrías de Sobremesa, referente en Cuba y para otros países, legándonos en la savia más auténtica y entrañable de nuestro pueblo, inolvidable, su peculiar tono al anunciar tan arriba, AQUIIIIIII RAADIOOO PROGRESOOOO PRESENTANDOOOO ALEGRÌAS DEE SOOOOBREMESAAAAA… programas todos en los que destacó como uno de los más fieles defensores de la música popular, al tiempo que presentaba varios festivales internacionales de música en Varadero y los tan esperados concursos de creación e interpretación musical Adolfo Guzmán.
En 2003 en México fue la primera edición del libro Eduardo Rosillo: alma de la música popular cubana (editorial Makarios), de Ivón Peñalver Hernández tras cinco años de investigación, con unas 200 páginas, que tuvo una segunda edición en Puerto Rico (enero de 2008) con la anuencia del músico Danny Rivera, y una tercera (primera edición ampliada) se presentó en la habanera Casa del Alba (Vedado) a las 3 de la tarde del 3 de diciembre de 2015 (en vísperas del primer aniversario de perderlo físicamente) en torno a la celebración del Día del Locutor, según Mileidys González Romero en www.envivo.icrt.cu, en noviembre de 2015.
Se trata de una biografía que al profundizar en la vida y obra de Rosillo, no podía menos que transitar por momentos importantes de la historia y cultura musical cubanas con nombres imprescindibles a partir de historias de vida propias y otras que accedieron a narrar figuras notables de nuestro panorama musical vinculadas a Rosillo, de quien eran indisolubles, como Antonio Machín, Benny Moré, Francisco Repilado, Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Elena Burke, Antonio Arcaño, Luis Marquetti, Rafael Lay y por supuesto, la orquesta Aragón.
Este compendio se potencia sobremanera con sus capítulos donde Rosillo reflexiona sobre el papel esencial de la radio dentro de los conceptos de validación de los elementos que identifican a una nación. Nunca se consideró a sí mismo con condiciones especiales, pero sí que había nacido para ser locutor, y acertó al detectar en la música su línea adecuada, “con la satisfacción de poder deberme a mi pueblo´´, y confiesa el secreto de su buen decir, elegante, segura y reconocida conducción, para la que simple y orgánicamente, “dialogaba con el micrófono” coloquial, ameno, “como me gustaría que lo hicieran conmigo”.
Así se entiende que se le reconociera con las distinciones Raúl Gómez García, Félix Varela y la Cultura Nacional, y Ecured le adjudica asimismo las distinciones María Teresa Vera y Tomás Alva Edison; Distinción y Reconocimiento del Icrt (Instituto Cubano de Radio y Televisión) como Artista de Mérito del ICRT, Réplica del Machete de Máximo Gómez, Diploma de Excelencia de Figura de la Música, Sello 85 aniversario de la Radio Cubana, Voz y Sueño en el 50 aniversario del Día del Locutor, Medalla Alejo Carpentier, Micrófono de Oro de la Feria de Cali (Colombia), Hijo Ilustre de la ciudad de Santiago de Cuba y de Guanajuato (México), y el Premio Nacional de Radio 2002.
Tras su deceso, de diciembre a enero de 2015, 2016 y 2017, se celebraron los coloquios Eduardo Rosillo in Memoriam en el cine La Maya de su pueblo natal, rindiéndole tributo y recordándolo con sus dos tabacos en los bolsillos, el “trago de ron que bajó al alma”, y el documental Rosillo, gracias a la radio (2015) de Tony Romero, que lo consideró “el último gran animador, locutor, promotor de la difusión musical en el ámbito de la radio-difusión cubana”.
Un domingo con Rosillo había acercado Radio Progreso a la creación musical popular de todo el país, con miles de oyentes en toda Cuba y en otras naciones, recibidos por la voz de Odris las mañanas de domingos en La discoteca del ayer, y a las 3 de cada tarde dominical reportando la audiencia con saludos y felicitaciones en este otro programa que había iniciado en 1990: Un domingo con Rosillo, que dirigía Rosa Mas Calaña, también su escritora y conductora, con el realizador de sonidos Juan Miguel Carballo, invitados en vivo y contactos vía telefónica.
La mañana del domingo 11 de noviembre de 2012 fue la última vez que Rosillo compartió la cabina central de trasmisiones con su público oyente; Ramón Leyva Morales sustituyó a Rosa Mas que había enfermado, y lo entrevistó., en una memorable trasmisión. Ya al siguiente domingo Rosillo no pudo conducirlo, y Leyva lo conduciría varias veces con Rosa Mas o con Jesús López Chong.
El domingo 9 de junio de 2013 Leyva le dedicó a Rosillo este espacio, que comentó en vivo el domingo siguiente Día de los Padres desde el estudio número 1 Benny Moré con su querido público presente, orquestas y varios invitados, pues ya era mucho más que un domingo con Rosillo, más que toda una vida con Rosillo… eran muchas vidas con quien además de padre de familia, lo era también de las nuevas generaciones que a la sazón, nutrían la ya legendaria Radio Progreso, “la emisora de la familia cubana”.