Tradición femenina en el humorismo cubano: La tremenda Mimi Cal, «Nananina».

Manuela Cal Fariñas, más conocida por su nombre artístico “Mimi Cal”, versátil actriz y comediante nacida hace 124 años en la habanera Regla el 12 de enero de 1900, deviene una de las más sólidas entre las tantas evidencias aplastantes contra los que cuestionan la huella femenina en el mejor humor cubano, obstruyendo así su visibilidad en tan vasta y rica tradición, patrimonio de nuestra cultura.
Desde muy pequeña patentizaba su interés por la actuación, con breves representaciones ante su familia. Luego comenzó como bailarina rumbera en los cabarés habaneros, y cautivando con su belleza y talento, pronto fue una de las sensaciones de la vida nocturna cubana, por lo que inició una gira por casi todo el país, que se extendió a otras naciones latinoamericanas y a España, donde impresionó vivamente.

Había debutado como actriz en 1916, en la compañía de Arquímedes Pous en Cienfuegos, donde actuó hasta 1926; luego integró las compañías del eminente músico Ernesto Lecuona, y participó en sus estrenos de El Cafetal (1929, encarnando a Cipriana), El Batey (1929, a Guadalupe), María la O (1930, a Caridad Almendares) y en Lola Cruz (1935), a La Regla.

En esa segunda década del siglo XX, se casó con “el negrito” del teatro bufo cubano Manuel Colina, formando el dueto Mimi-Colina en un espectáculo homónimo que, con mucha popularidad, recorrió todos los escenarios cubanos y se presentaron exitosamente en México (1924) y Panamá (1931), deviniendo ya entonces una de las principales actrices cubanas, hasta enviudar a principios de la década de 1930.

Fue entonces cuando conoció al también comediante matancero Leopoldo Augusto Fernández Salgado, nacido en Jagüey Grande el 26 de diciembre de 1904, quien había estado casado con la actriz cubana nacida en México, Rosaura Andreu, y con él, afortunadamente para todos, renació el interés de Mimi Cal por la actuación, integrando pareja también artística, sobre todo en el serial cómico La Tremenda Corte, que se emitió por primera vez el 7 de enero de 1942 en la radiodifusora RHC Cadena Azul, sobre idea original y guiones todos del español Cástor Vispo Villardefrancos, que les permitía mucho margen para la improvisación, y Mimi Cal hacía gala de su gran acople teatral.

Este programa radial humorístico se trasmitió ininterrumpidamente entre 1942 y 1961 (algo sería reincorporado luego por Radio Martí desde Estados Unidos), grabando más de 360 episodios, muchos de los cuales aún se escuchan; algunos pocos nunca salieron de Cuba y se les conoce muy escasamente, “objetos raros de valor incalculable para los admiradores y coleccionistas de la serie”, que aún se difunde en radio y en CD, VHS y DVD, evaluado hasta la actualidad como la mejor comedia radiofónica latinoamericana por la calidad de sus libretos y altos estándares de actuación, logrando una cima no solo para toda la radio y la cultura cubana, sino también para quienes allí trabajaron, como Mimi Cal.

Originario de La Coruña (Galicia), por la Guerra Civil en España, con 18 años Vispo se reunió en Cuba (donde moriría) con sus familiares y luego adoptó la nacionalidad cubana, por lo que “el gallego” devino personaje clisé general y familiar en sus obras, que en La Tremenda Corte era Rudecindo Caldeiro y Escobiña, interpretado por Adolfo Otero; Aníbal del Mar era “el Tremendo Juez”, Julito Díaz “El secretario”, y Leopoldo creó y encarnó a José Candelario Tres Patines, “hijo de doña Mamita y Pototo”, pillo, sinvergüenza, bandolero, estafador, sin llegar a cometer delitos mayores, auto-reconocido “coleccionista de juicios y condenas”, su segundo lugar de residencia era el Castillo del Príncipe con un muy buen reservado como socio fundador, galera 4, celda 5, cuchara 17; divorciado de Luz María Nananina, ella lo detestaba o le guardaba rencor, casi siempre acusándolo.

Era este el personaje que interpretaba Mimi Cal, fundido con su vida personal en muchos aspectos, típica cubana muy gorda y fea que vive buscando un novio. Añadamos que el vocablo “nananina” se considera un americanismo para negar rotundamente. Otra eminente actriz, la habanera Natalia Herrera, Premio Nacional de Humorismo 2010 entre otros altos reconocimientos, ha mencionado en algunas entrevistas haber sido la primera Nananina, aunque no se ha podido escuchar ningún audio de su voz en este personaje.

Ya la novia de Tres Patines era Cucusa (Cucusita), a la que él también engañaba con sus amigas. Por su relevante actuación en este programa, la emisora incluyó a Mimi Cal en su nómina como actriz de cuadro comedia, con un jugoso salario, exclusividad de la que en mayo de 1947 solo disfrutaban otras tres actrices: Sol Pinelli, Marta Martínez Casado y Eva Vázquez.

En Cuba, antes de que irrumpiera la televisión, los sueldos en la radio eran altos o bajos, diferencia que era mucho más notable en las grandes emisoras, y Mimi Cal llegó a disfrutar de un alto régimen salarial, que demostraba la estimación del público y de sus empleadores, por su calidad profesional artística.

Tan formidable fue el triunfo radial, que les abrió el camino al cine, y en 1945 la empresa Refrescos Materva produjo la película La Tremenda Corte con el mismo elenco; en 1949 Mimi Cal, Leopoldo Fernández, Aníbal del Mar, Rolando Ochoa y Jesús Alvvariño trabajaron en El Vigilante Chegoya, producida por Publicidad Borbolla; Hotel de Muchachas (1950), aportó el trascendental dúo cómico Pototo y Filomeno, que hasta bien entrados los años 70 interpretaron respectivamente Leopoldo Fernández y Aníbal del Mar, inseparables amigos (del Mar había trabajado antes con Vispo), dúo que repite en Olé Cuba (1957), la más reconocida película en que trabajó Mimi Cal, dirigida por Manuel de la Pedrosa, filme que entre otras identidades de aquella Cuba, mostraba nuestra cultura y sobre todo la música popular cubana antaño, con tal éxito que viajaron a Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Perú, Panamá y la República Dominicana.

Aunque sin duda alguna, La Tremenda Corte la identificó tanto en su camino al estrellato, Mimi Cal no solo brilló en los cabarés y teatros, la radio y el cine, sino que también se distinguió al comenzar la televisión en Cuba, como contrafigura conductora del tan popular programa humorístico semanal Detrás de la fachada (1957-1987) junto a José Antonio Cepero Brito con libreto de Marcos Behmaras, cuyo argumento se desarrollaba en la vida cotidiana y relaciones entre los vecinos y visitantes de un gran edificio de apartamentos, hasta que en 1957 fue contratada para trabajar en Puerto Rico, y fue sustituida en el Detrás de la fachada cubano por Eloísa Álvarez Guedes y luego definitivamente, por Consuelito Vidal.

Al nacionalizarse los medios de comunicación en Cuba, Mimi Cal marchó a Estados Unidos de América, donde continuó su carrera artística, y continuó trabajando con Leopoldo en el espectáculo Se escapó el loco con Pototo, y en otras presentaciones teatrales. Radicada en Miami, rechazó participar en La Tremenda Corte de la televisión mexicana (1966-1969), en la que Nananina fue interpretada finalmente por otra actriz cubana radicada asimismo en el sur de La Florida: Norma Zúñiga, a la que ayudó aportándole elementos personales del personaje.

Divorciados tras 18 años de matrimonio, el distanciamiento inicial fue luego vencido al continuar trabajando juntos, ejemplo de profesionalidad. Ella falleció en Miami el 21 de mayo de 1978, y Leopoldo, activo en las artes hasta 1982 y casado otros diez años con la actriz y locutora portorriqueña Vilma Carbia, el 11 de noviembre de 1985, con siete hijos (ninguno con Mimi Cal), enfermo, sin dinero y casi en el injusto olvido.

Aunque muchos datos sobre Mimi Cal se han perdido, ella late en el pulso mismo de la cultura y del mejor humor cubano, protagonista para el éxito de La Tremenda Corte, a la que desde el año 2001 con antecedentes en 1998, se le sistematizó una suerte de homenaje en el espacio de la televisión cubana ¿Jura decir la verdad?, donde Tres Patines sería sustituido por “Chivichana”, interpretado por Ulises Toirac, al tiempo que como tantos otros momentos climáticos de nuestros medios (y no solo en los medios), empuñaba aquel insustituible bastión femenino para el mejor humor cubano que habíamos heredado de tantas inmensas actrices, entre las que reluce absolutamente, el nombre de Mimi Cal.

Autor

  • Dr. C. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez

    (La Habana, 1957) Licenciado en Historia del Arte (1982) y Licenciado en Historia General (1986), Técnico Medio Superior en Arqueología (1984) y Técnico Medio Superior en Museología (1985), Doctor en Ciencias sobre Arte (2001) y Máster en Antropología con Mención en Antropología Sociocultural(2001), Diplomado en Historia General Contemporánea (2006), Profesor Titular de la Universidad de La Habana (2002) e Investigador Titular (Ministerio de Cultura y Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, 2004).

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