Artemisa: prensa de coraje y sonrisa

Delante de los cristales, en pelìcula, al revés, en Radio Ariguanabo. Foto: Del autor.

Apenas el huracán Rafael le dio su espalda revuelta a Cuba, el pueblo de Artemisa comenzó a rescatar, de isla en isla de coraje, el archipiélago de sonrisa que lo caracteriza; de modo que, como no hay seres más aptos para contarlo que los reporteros, el presidente nacional de la UPEC, Ricardo Ronquillo Bello, enroló un pequeño grupo en un barquichuelo Hyundai —que pasó dilemas de travesía entre “olas” de postes caídos, palmas quebradas en la carretera, árboles que depusieron su majestad de décadas…— y salió desde la capital a conocer, compartir y aliviar la suerte de los colegas. A su lado, como capitana auxiliar, la vicepresidenta primera de la organización, Bolivia Tamara Cruz.

El punto inicial fue San Antonio de los Baños. En Radio Ariguanabo les esperó no solo su colectivo, sino también Odalys Acosta Góngora, la presidenta de la UPEC en Artemisa, que en adelante serviría de “jefa de navegación” en el recorrido. La emisora no dejó de trasmitir en ningún momento, gracias a la disponibilidad de su grupo electrógeno y a un equipo de cuatro periodistas en la calle a los que no hay que “echarles petróleo”: el destino de su gente basta para re/activarlos.

Yanet Pérez, la jefa del informativo, explicó a Cubaperiodistas cómo se organizaron en tres grupos de trabajo para llenar de minutos las 18 horas diarias en que la emisora habla a/con el pueblo. De momento, las afectaciones personales del ciclón al colectivo se limitaban al techo de un trabajador y los cristales de otro.

Como suele ocurrir en estos casos, los colegas quieren entrevistar al presidente y el presidente quiere que lo entrevisten —no para hablar de él, sino del valor de los nuestros—, así que Ricardo Ronquillo se puso en manos de la locutora Nataly Manzur para recalcar que “es el momento para estar unidos en la recuperación. Esta tierra tiene todo para hacerlo: gran fuerza humana y la nobleza extraordinaria del pueblo cubano”.

Ronquillo dijo en la emisora, para todos los artemiseños, que en situaciones como esta es importante darle a la gente la mayor información posible para lograr, entre otras cosas, que las personas sepan cómo actúan realmente las autoridades locales y no puedan ser confundidas (ya sabemos por quiénes).

“Conéctense con los responsables de las zonas de defensa, comuniquen, comuniquen, comuniquen…”, dijo el líder de la UPEC en lo que pareció un eco radial, pero fue realmente el llamado a cumplir la mayor demanda del pueblo y la nación. Al despedirle, la locutora recordaba al presidente la cercanía espiritual de la UPEC con San Antonio de los Baños, la ciudad que acoge las bienales internacionales del humor.

La prensa y el pueblo artemiseño saben que seguirán juntos: en la caricatura, en el chiste y en la emergencia mayor.

Perdidos en el asfalto, casi como Colón

Llegar de San Antonio de los Baños a Artemisa fue bastante problemático. Por momentos, entre tanto lugareño casual que decía, “¡por ahí no se puede, viren aquí, doblen allá y sigan acullá!”, el reportero de Cubaperiodistas, que es de bien lejos —de la tierra que un hijo especialísimo de San Antonio de los Baños, llamado Silvio, fuera a conocer en tren lechero—, pensaba que terminarían en otra parte, como Colón, aquel genio perdido que buscando la India dio con las Américas.

Pero al cabo llegamos y desde el telecentro provincial, ARTV, no teníamos que escribir unas crónicas fantasiosas a ninguna reina, sino este reporte gremial a los periodistas cubanos.

Con un grupo electrógeno que a esa hora buscaban reabastecer, mantuvieron el trabajo; a veces, con «falsos vivos» en la televisión nacional, tras grabarlos previamente. Cuatro reporteros en la ciudad y un corresponsal per cápita en San Cristóbal, Güira de Melena y Bahía Honda armaron el cuadro conjunto del paso del huracán por toda la provincia.

“No nos dejaba grabar afuera. Aquello no eran rachas, era viento constante… las tejas volaban”, contó a los visitantes Dayamí Rodríguez, la jefa de programación en un colectivo dirigido absolutamente por mujeres.

Los profesionales del canal se centraron en las redes: WhatsApp, Youtube, X, Facebook… publicaron, como espacios virtuales, sus informes concretos.

Los trabajadores de ARTV quieren entrar al experimento de nuevos modelos de gestión que se extiende en la prensa cubana. Con apenas dos cámaras, sin transporte, “pidiéndoles botellas a funcionarios del Partido” pudieron hacer parte de la cobertura que querían, pero ellos saben que, con vías de ingreso paralelas que se sienten capaces de gestionar, podrían mejorar en lo individual y en lo colectivo.

En charla llana, Ricardo Ronquillo les adelantaba que en el Pleno del Comité Nacional de la UPEC, a fines de mes, se analizará las vulnerabilidades del sistema de prensa en estas situaciones y los caminos para evitarlas. Actualmente, la organización acopia informes sobre los puntos débiles ubicados por los propios colegas.

En ese sentido, una de las demandas, tanto de la televisión como de la radio artemiseñas es disponer de servicios propios de conexión por Wifi que aseguren la continuidad de los enlaces. Ronquillo les recomendó que compartan también esas ideas con los líderes del consejo de defensa provincial.

Tras convocarlos a pasar de la televisora tradicional a una digital con salida desde varios canales, el presidente nacional de la UPEC ofreció una entrevista, en plena recepción del canal, al reportero de radio y televisión José Luis Guía.

En ese diálogo, Ronquillo elogió la interrelación entre colegas y medios en la provincia y destacó la relevancia del sistema de prensa cubano dentro de otro más grande: el de la defensa civil del país. De igual modo, señaló que la Ley de Comunicación Social expresa la trascendencia de que ella funciones en sus tres dimensiones: mediática, institucional y comunitaria. “Cuando se dificulte la mediática hay que fortalecer más la comunitaria”, consideró.

El presidente de los periodistas les dijo a todos, desde esa entrevista en Artemisa, que es cierta la fortaleza de un sistema de prensa articulado también en la defensa civil, pero insistió en que ello requiere preparación constante a sabiendas de que la falta de información puede derivar en riesgos para la seguridad nacional.

Un elogio en vivo para la radio

A micrófono y corazón abiertos, como corresponde en tales encuentros, Ricardo Ronquillo dijo al colectivo de Radio Artemisa algo que había referido varias veces en el trayecto desde La Habana: había seguido todos los reportes del paso del huracán, incluso el enlace con el noticiero estelar de la televisión cubana, desde la planta radial que visitaba. “Esta emisora fue muy útil”, dijo al aire el presidente a la locutora Mayda Lima, quien sigue firme en cabina a sus 73 años como si nada, ni un huracán, pudiera desviar su camino al trabajo.

Por lo que se vio, Radio Artemisa tiene muchos buenos ejemplos como Mayda. Según contó Isnail Alviza, director provincial de la radio, llegaron a colocar —con la protección correspondiente y con el resguardo cercano del sólido edificio del cine Juárez— a un periodista en el portal para ofrecer un relato más fiel.

Con esta, como emisora matriz, las municipales de San Antonio… y Mariel y corresponsales en el resto de los municipios, activaron una red de 26 periodistas, parte de los 156 trabajadores de todo el sistema radial artemiseño que no le pidieron opinión a Rafael para hacer constantes reportes.

Cuatro grupos de trabajo cumplieron turnos de tres horas que aseguraron 24 horas de comunicación con el pueblo. Desde que fue decretada la fase de Alerta ciclónica iniciaron una programación especial que aún seguía al momento de la visita de la UPEC nacional.

Radio Artemisa se enlazó en estos días con plantas similares de todo el país cuyos reporteros querían saber informar qué tal les iba a otros hermanos cubanos al paso de un nuevo huracán. Además, sus reporteros respaldaron los informes de la televisión cubana.

Cuando Ronquillo, Bolivia y Odalys pensaban salir de cabina se enlazó en directo el destacado reportero Yadier Martín, quien desde casa, por situación de salud, no cesa de ofrecer, a colegas y al pueblo, un periodismo ejemplar por su calidad y entrega.

¡Ni un cristal roto en El Artemiseño!

Si a ARTV el huracán le derribó unas paredes no terminadas de la ampliación que ejecuta, al periódico El Artemiseño no le tocó una “pestaña”. Los trabajadores que velaron por el local vieron volar tejas y tapas de tanques, pero todas ajenas, así que su misión informativa no se vio distraída por eventos de esa clase.

Yudaisis Moreno, la directora, contó a la visita la principal experiencia comunicativa de los suyos: “Lo único que quedaba vivo eran los canales de WhatsApp, así que nos conectamos a 54 de ellos —¡algunos de compraventas!— para colocar los mensajes”.

Los nueve periodistas de la editora no solo asumieron las tareas de esa emergencia, sino que se aprestan a crear condiciones para su eventual ingreso en el experimento de gestión de la prensa estimulado por la UPEC. “Estamos listos”, afirmó Yudaisis, antes de refrendar su convicción con detalles de cómo va a adaptar edificio y plantilla para asumir los cambios.

La UPEC se despide en (otra) Casa

Ricardo Ronquillo y Bolivia Tamara Cruz llegaron finalmente a la Casa de la Prensa artemiseña. Allí Odalys Acosta, como anfitriona, compartió con ellos el alivio de que el huracán, que golpeó fuerte en varios puntos de la ciudad, no se ensañó con la sede de los colegas.

“Síntoma que construimos bien”, dijo el presidente mirando, sobre todo, las tejas de zinc. Porque si bien la de Mayabeque es la Casa más recientemente inaugurada, estaba ya hecha, fue una compra, mientras la de Artemisa fue levantada desde el piso.

El alivio de Odalys es buena arrancada para nuevas preocupaciones. Las de siempre, porque siempre que hay devastación, hay solidaridad gremial. Si, convocados por la UPEC nacional, colegas de todas las provincias dieron por los periodistas de Guantánamo más de 300 000 pesos, ahora la convocatoria de auxilio será para artemiseños.

Los hijos de esa tierra que apoyaron a los guantanameros recibirán ahora aliento, pero si por alguna razón alguno no lo hiciera, recibirá respaldo igual. “Un periodista cubano nunca será rico, pero este no es asunto de dinero”, ha dicho, con su visión habitual, el presidente del gremio.

En fin, ahora todos escribimos, decimos, proyectamos, amamos… Artemisa. A la visita le quedaron, por falta de combustible, abrazos por dar en Mariel, San Cristóbal, Alquízar… pero seguramente habrá nuevas jornadas para estar allá y comprobar desde otros puntos y otros cubanos, que esa definición de Artemisa como «Tierra de coraje y sonrisa» tiene una fertilidad especial en los periodistas que nacen en ella.

Texto y foto: Enrique Milanés León / Cubaperiodistas.cu

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