Pueblo que se somete, perece

Consecuentes con tal perfil, exigen al mundo lo que ellos mismos no son capaces de cumplir; los únicos intereses  son los de ellos; de algún lugar que nadie conoce, o del “más allá”, son convencidos de su superioridad para gobernar al mundo; y, en definitiva, deben cumplir con el sagrado deber de causar muerte y destrucción a aquellos que no quieran subordinarse a sus órdenes imperiales.

Ahora resulta que grandes medios de comunicación, y otros no tan grandes pero igualmente dañinos como Radio Martí (RM), mantienen en alto el tema de una posible visita del presidente Barack Obama a Cuba. Y lo hacen de una manera tal como si nuestra isla estuviera suplicando ese posible acontecimiento, orgullosa de poder contar con su presencia.

Y, es así que  divulgan hasta el cansancio las palabras del señor presidente: “…si yo voy a Cuba es para hablar con libertad con todo el pueblo, incluyendo los disidentes”. “…yo no voy a Cuba a validar un status quo con el cual no estamos de acuerdo”. Claro, tampoco le pedimos que lo valide, digo yo.  

Por otra parte, muy recientemente RM ha declarado que el gobierno de Estados Unidos espera más acciones de parte del régimen de Cuba que pueda abrir el camino a una visita del presidente Obama. Es decir, hacer gestos para que el emperador  se digne en visitarnos. Nótese el subrayado: EE.UU tiene un gobierno, y Cuba un régimen.

Al respecto disfruté de unas recientes palabras de nuestra Directora General de EE.UU del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, cuando dijo: “nosotros no pedimos que se cambien cosas que no nos gustan en Estados Unidos para hablar o visitar ese país”. Claramente, estas afirmaciones cuentan con una lógica aplastante: nosotros tenemos el deber –y de hecho lo cumplimos- de respetar a la nación norteamericana; pero en la misma medida exigimos respeto a la nuestra sin condicionamiento alguno.

Cuba no le pide a Estados Unidos que elimine su sistema político económico para tener relaciones normales y respetuosas. Entonces ¿por qué debemos ceder ante presiones que menoscaban nuestra dignidad, mucho menos cuando tenemos la condición de agredidos?

Los valores que defendemos son los nuestros, no los foráneos basados en el egoísmo humano, no queremos los de la guerra, preferimos los de la paz, pero con dignidad y decoro nacional.  Nosotros hoy somos los seguidores de aquella patriótica Protesta de Baraguá con el inmenso Antonio Maceo al frente, el mismo que no aceptó la paz a cambio de la humillación ante el colonialismo español.

Con orgullo declaramos que no traicionaremos jamás a nuestros muertos. La rivalidad  existente entre Cuba y Estados Unidos nunca ha sido promovida por la Isla, sino impuesta por el norte. Está claro: cubanos y cubanas recibirían con beneplácito unas relaciones normales, siempre que en Estados Unidos terminen por entender que Cuba no está habituada a inclinar su cabeza. “Pueblo que se somete, perece” José Martí.

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