Marcas. Comunicación como gestora

Precisamente de eso se trata: de hacer que la percepción siga a la realidad y se apegue a las necesidades de la persona para establecer como regla, que las marcas hablan de lo que somos y de cómo vivimos.

¿Cómo construir una marca? Es un proceso complejo donde el trabajo en equipo es clave para concebir un producto comunicativo que satisfaga al cliente, y a su vez dispare las cifras de ventas.

Más allá de la calidad del objeto en sí, el éxito de una campaña depende, en gran medida, de la comunicación y de la forma en que esta se gestione. Y es que, precisamente, ella es el puente que une producción con compradores.

A la hora de concebir una marca se debe retar algo. El equipo creativo deberá elegir si cambiar un hábito del consumidor, enfrentar a la competencia, cambiar los modos de hacer en la categoría o retar a la cultura del país.

Luego de eso, se debe determinar cuál es el propósito de la marca, qué ventajas ofrece, qué la define y a quién va dirigido, para en función de esto acompañarla de un mensaje que mueva la campaña publicitaria.

¿Qué construye las marcas? Esta es la parte más imparte y donde la comunicación, concebida a partir de diversos canales, es fundamental.

Aquí se debe crear una red que permita el contacto de las personas con la marca, el comentario que un cliente hace a otro, la crítica de la prensa y de los líderes de opinión. Si alguien se pronuncia a favor, perfecto, pero si ocurre lo contrario, es poco probable que el éxito de la marca se obtenga.

Las marcas deben exceder en importancia a los productos. Por eso, a la hora de propiciar el acercamiento al cliente se debe apelar a la satisfacción emocional por encima de la necesidad fisca.

De tal forma, los clientes comprarán una creencia; la sensación que el equipo de publicidad haya sido capaz de crear.

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