Cine latinoamericano: las voces que no atrapé

A Jorge Sanjinés el cineasta boliviano, al autor de las míticas Yawar Malku, Sangre de cóndor y La nación clandestina. Él nos legó el rostro del estaño y el altiplano, nos hizo viajar a las nieves y a las minas. Al interior de las luchas sociales. Nos descubrió las venas humildes, el amor profundo, la nobleza ancestral.

Recuerdo que me apuré para tomar sus declaraciones, que volé para transmitirlas, que aún las tengo aquí: «Los latinoamericanos podemos hacer el mejor cine del mundo, porque somos ricos en humanidad, en sinceridad, porque somos una potencia en historia y en ternura».

Si pudiera sujetar en el aire, volver al estudio y al micrófono, junto al maestro Santiago Álvarez. Para que nos hablara del «maremoto de secuencias trabajadas», con que él mismo definió su obra.

Cada vez que voy al cine, me falta algo. Muchas ediciones del noticiero ICAIC son verdaderos documentales. Tantas veces eran mejores que la ficción que venía detrás.

Le pregunté sobre Now (1965), aquel documental premiado en Lepizig, Viña del Mar, Turín, Phom Penh. Perros, policías, palos alzados, el rostro de la indignación, el negro humillado, todo animado por un «inventivo y meticuloso trabajo de montaje».

¿Suscribiría usted la afirmación de que Now es el documental precursor del video clip?, me apuré en preguntarle. No podía dejarlo pasar. La respuesta fue inmediata: «Sí, pudiere decirse así. Lo abra dura apenas seis minutos, lo mismo que la canción de Lena Horne. Comprobando todo lo que se hizo ese año, puede decirse que fue el primer video clip del mundo. No tengo a menos ni vergüenza decirlo».

Si pudiera atrapar lo que escuché a Mirta Ibarra, a Pino Solanas, a Susú Pecoraro, a Léster Hamlet, a Gael García, a Francisco Lombardi, a Luis Alberto García, a María Rojo, a Rubens de Falco, a Fernando Pérez, a Walter Salles….

Me consuela entrar a la sala oscura, a disfrutar de un cine hecho con afectos especiales, con las uñas y los riñones, aquí, donde nacen los corales, en diciembre, en la vitrina de La Habana.

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