El Foro de Sao Paulo, cita de la izquierda mundial

El encuentro inicial tuvo lugar en la ciudad de São Paulo en julio de 1990. Aquella vez se reunieron por primera vez representantes de experiencias y matrices político-ideológicas de todo el continente latinoamericano y del Caribe. Surgió a iniciativa del Partido de los Trabajadores, de Brasil, liderado por Luiz Inácio Lula da Silva, y por nuestro líder eterno, Fidel Castro Ruz.

Aquel año de 1990 reclamaba a las fuerzas progresistas del mundo agruparse y analizar la coyuntura internacional, sus desafíos y las tácticas y estrategias a seguir para enfrentar un mundo unipolar dominado por las corrientes neoliberales.

El derrumbe de la antigua Unión Soviética provocó desconcierto y hacía impostergable enfocar esfuerzos en el orden teórico y práctico para contrarrestar la oleada imperialista de dominación.

Aquel escenario planteaba desafíos que todavía hoy deben ser enfrentados por las fuerzas sanas del mundo.

La preeminencia de un mundo liberal encabezado por el hegemonismo de los Estados Unidos apunta hacia el aumento de una desigualdad social dentro de cada nación y entre países; el golpismo como medio de conculcar todo movimiento encaminado al rescate de la soberanía nacional y la consecuente adopción de un camino propio de desarrollo; los cercos militares globales y guerras regionales que amenazan la paz, la instigación de conflictos regionales que provoquen divisiones entre países del Tercer Mundo y la destrucción de mecanismos económicos y políticos de integración regional.

A la vuelta de 28 años la humanidad es testigo del saldo negativo que implica la unipolaridad neoliberal. Una galopante privatización de recursos naturales e industrias, dar las espaldas al creciente deterioro de la Naturaleza, la negación de derechos laborales y el aumento de la explotación y la miseria que obligan a la emigración, al tiempo que se cierran opciones a grandes masas de personas hundidas en la peor pobreza.

A las formas de agresión esgrimidas por el neoliberalismo y sus preconizadores se añade una escalada en el terreno mediático y psicológico que tiene como recursos a las «fake news» y la pretensión de una estandarización cultural que extinga la identidad nacional de cada pueblo, y con ello imperen la desconfianza, la alienación que impida pensar y actuar por un futuro mejor.

Entre las acciones de la arremetida ultraderechista neoliberal existe una cuantiosa relación de fechorías que van desde golpes militares y parlamentarios inducidos desde fuera contra gobiernos legítimos latinoamericanos, hasta el fallido golpe mediático ensayado contra la República Bolivariana de Venezuela.

Desde antes, un proceso judicial amañado contra Luiz Inácio Lula da Silva para ponerlo en prisión y con ello impedir su candidatura y seguro triunfo a la presidencia de Brasil. Sin entender de límites, el imperialismo arrecia su política de cerco económico contra Venezuela, Nicaragua y Cuba; en este último caso con la puesta en vigor de los títulos III y IV de la Ley Helms-Burton.

Es perentoria la búsqueda de nuevas soluciones a nuevos desafíos, de un pensamiento solidario renovado ante propósitos manifiestos de división, así como una estrategia mancomunada desde realidades históricas diversas con el propósito de contrarrestar la arremetida hegemonista que no entiende de respeto ni sensatez.

El Foro de Sao Paulo -llamado así a partir de su segundo encuentro en Ciudad de México, por ser dicha ciudad brasileña sede del primer encuentro-, es la expresión de una necesidad histórica contemporánea.

La unidad de todas las fuerzas progresistas de América Latina, el Caribe y el mundo constituye la piedra angular para frenar la arremetida hegemónica neoliberal, y desde esa óptica repensar un futuro para el planeta en que tengan cabida la soberanía de los pueblos, la justicia social y una mejor convivencia entre los seres humanos.

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