Bailando en Cuba: Pues sirvió, tire su pasillo (Parte II)

Quienes protestaron porque esperaban otro Para bailar, tuvieron la apreciación de dos de los conductores del mítico programa que cumplirá cuarenta años en el 2018. El reconocido actor Nestor Jiménez lo dijo “el tiempo no pasa por gusto y si existe otra tecnología hay que usarla”, en tanto Mara Roque, que con catorce años fue conductora de aquel espacio, aseveró:  “Esto es otra cosa, y me gusta mucho”.  Y también hubo una especie de para bailar especial como colofón al final, cuando todas las parejas bailaron diferentes ritmos al mismo tiempo.


Espero que una buena amiga que se aburrió durante las dos primeras entregas no haya hecho lo que prometió, no sintonizar más el espacio porque si no gusta la primera vez, no sirve.  Pues ¡sirvió! y destaco:

Las coreografías del grupo de Roclan. Revolution, en el faro habanero y la de Habana Compás Dance, fueron de una belleza y profesionalidad apreciables.

La visita al círculo Cristino Naranjo, antiguo Casino deportivo, donde nació el baile Casino. Los televidentes pudieron escuchar la explicación de Juanito Gómez, el casinero mayor,  que sigue cultivando ese género. Y  se disfrutó de  la buena  conducción de Roclan en este segmento.

Escenografía, fotografía y luces, estuvieron muy bien, aunque en las últimas alguien movió demasiado “el dedito” para que  danzaran  con las parejas y por instantes, llegó a molestar.

El homenaje a José Martí con el anuncio, sí el anuncio de “Enciende tu antorcha”, con la participación de los muchachos en el desfile de las antorchas, acompañados por el Dr. Noel Bonilla, uno de los estudiosos de la danza en Cuba, merece un aplauso.

La presencia de grandes personalidades de la danza en nuestro país, empezando por el jurado, Lizt Alfonso, Santiago Alfonso y Susana Pous, la clase magistral de Aurora Bosh y el propio Bonilla.

La locución en off presentando el programa y el primer baile, con vestuario diseñado con los colores de nuestra enseña nacional. Los trajes estuvieron bien menos el que señaló Santiago Alfonso, por imagen y porque molestaba para bailar. Igual que los peinados bellos pero, sin  exagerar que la moda no es un carnaval.

Hay premios de la popularidad para las parejas y las compañías que intervengan y zona de peligro, con el fin de que el público (o parte de él)  salve a la pareja de su preferencia. También tienen su página web y un  teléfono, nada que el lazo con el televidente se asegura.

No se hizo largo el tiempo de duración y hubo un ritmo como lo exige la televisión moderna.

El cumpleaños de la competidora que arribó a sus quince en medio de la competencia, con cake, la presencia de su madre, la llamada del padre y todo verdaderamente de sorpresa: por eso valen las lágrimas de felicidad de la jovencita, trasmitidas a la teleaudiencia como parte de un espectáculo respetuoso, que ella no olvidará nunca.

Los conductores, ay, los conductores ¿es tan difícil ceñirse estrictamente al guión?. Camila Arteche  lo tiene todo para ser la reina de la conducción de ese espectáculo: muy buena dicción, articula de una manera correcta, es bella, estaba bien vestida e hizo una entrada triunfal, que me hizo exclamar ¡ahora sí!. ¿Por qué desbocarse en el diálogo con el jurado que provocó una mirada de Santiago que habló por si sola?.

Carlos Solar estuvo bien, ni se tragó la escena, ni fue apocado por nadie, pero junto a Camila y Leo, opinó sobre las parejas: ellos no están ahí para eso, están  para dar información y para opinar los JUECES, excelentes por demás.

En el caso de Leo Benítez que “ha confesado que estudia cada bocadillo como si fuera un personaje de ficción, lo que tiene que interpretarse a sí mismo”, según escribí  la vez anterior, parece que no se aprendió bien el programa. ¿Por qué ese cancaneo con Susana?, ella tuvo que invitarlo a bailar, y él siempre dijo lo que pensaba de la pareja que presentó.

Mis respetos para Manolito Ortega y su equipo de realización, a la producción de RTV Comercial que de nuevo ofrecen un espectáculo  donde la cubanía está en la música, los bailes, los escenarios, los colores, y la historia que se trata con belleza y naturalidad, como algo que nos acompaña siempre y nos hace estar aquí y ahora.

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