Benny Moré, qué bueno canta Usted!

En el caso del Benny su figura y trascendencia motiva periódicamente festivales, coloquios y encuentros teóricos que -sumados a las muchas investigaciones realizadas acerca de sus aportes a la música y cultura cubanas- engrosan una riqueza documental sin precedentes entre las muchas personalidades de relieve universal.

Bartolomé Maximiliano Moré dio voz musical a Cuba para identificarla y proyectarla al mundo en una dimensión amplia.

Para referirnos al Bárbaro del Ritmo es preciso contemplarlo desde diversas aristas. Benny fue el cantante de pueblo autóctono, genuino e irrepetible; su arte creció fecundo y extenso como crecen el romerillo y  la siguarayaen nuestros llanos, montañas y a la orilla de los ríos.

Nos dejó con su música una Cuba que se mueve al ritmo de bongóes y con la cadencia de los penachos que sellan como coronas a nuestras palmas reales.

La voz del sinsonte lajero, como muchos también le han llamado, se oye cada vez mejor, más actual y melodiosa porque hasta hoy nadie lo ha podido superar, y es que estamos frente a un clásico; uno de esos bardos populares que devienen paradigmas por haber hecho arte para todos los tiempos.

Su voz, así como las letras que escribió y tanta música elocuente que le brotó del alma con el agua inagotable y fresca de un surtidor.

Se destacó en la interpretación y en la composición musical sin haber estudiado música; como director de su Banda Gigante de la que fue corazón y alma; también como poeta porque su alma guajira lo dotó de esa capacidad mítica del repentismo en la décima, nuestra poesía criolla por excelencia.

Con razones me dijo hace poco el locutor y especialista en la música del Benny, Humberto Albanés, que «el Benny es un acontecimiento irrepetible».

A dos años de conmemorar el primer centenario de su nacimiento, y 54 años de su desaparición física, el Benny sigue siendo actual. Su influjo perdura en las generaciones que le suceden y se nutren de cuanto aportó a nuestra identidad nacional.

En estos tiempos de globalización, cuando no son ocultos los empeños foráneos por arrancarnos lo que nos identifica, nadie como él; nada como su arte cubanísimo y mayor para servirnos de espada y escudo contra quienes intentan apagar nuestra alma nacional.

Muchos son los esfuerzos recientes que nuestros medios de difusión, en especial la Radio y la Televisión, despliegan en defensa de la identidad cubana.

Uno de esos ejemplos enorgullecedores lo constituye el programa televisivo «Sonando en Cuba». Nuestra música de siempre es difundida a través de él y muchos otros espacios.

Compositores, músicos e intérpretes actuales exploran nuevas sonoridades para expresarse, siempre con el ingrediente de cubanía y esa raíz que permanece firme en las entrañas de la tierra y se nutre con los huesos venerables de nuestros ancestros.

Aquí están Cuba y su música: en el Son y todas sus variantes; la Guaracha; la Timba; la Trova de siempre; la Música Guajira con sus sabrosas tonadas; la Canción Romántica y el Bolero. Todos en uno, orgullosos de este mestizaje que nos identifica; tan universales y tan únicos que en cualquier parte del mundo se sabe qué somos y quiénes somos.

Es nuestra riqueza, el tesoro más grande, lo que más amamos y no permitiremos que se nos arrebate. De esa gran riqueza forma parte Benny Moré, quien es un punto de referencia ineludible en este quehacer por la salvaguarda y defensa de lo que nos hace cubanos y cubanas.

Somos Cuba y lo somos en la música como en todo nuestro quehacer a cada minuto, en cada instante.

¡Qué otra mejor manera para celebrar el cumpleaños 98 del Bárbaro del Ritmo!

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