Es cierto, el mundo cuenta con un Consejo de DD.HH., lamentablemente parcializado de manera evidente, ya que “sus grandes preocupaciones” solo las tiene con aquellos países que no son, precisamente, del agrado del imperio como son los casos de Rusia y Venezuela, expulsadas del sacrosanto Consejo.
Sin embargo, los grandes crímenes que cometen los poderosos de la tierra no representan preocupaciones para esa digna entidad internacional. Es larga la lista de gobiernos que cometen todo tipo de flagrantes violaciones de derechos humanos. En primer lugar, Estados Unidos, secundado por otros como Israel, bombardeando a infelices palestinos que solo buscan que se les respete como nación.
Y el país del norte con sus guerras de rapiña, sus bombas nucleares y todo tipo de atrocidades inimaginables para seguir sojuzgando a los pueblos desobedientes que mantienen en alto su frente, como es el caso de Cuba soportando un criminal bloqueo hace ya más de 60 años.
Naturalmente, hay muchos ejemplos más. Pero centremos la atención en Estados Unidos, por supuesto no por casualidad. Vera usted: el imperialismo ha violado un alto por ciento del articulado de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y hasta donde conozco jamás ha sido expulsado del Consejo, ni amonestado, ni advertido, en fin…Pero veamos: EE.UU. fue actor principal de los horrendos sufrimientos que causó a los encarcelados en la tenebrosa cárcel de Abu Ghraib por estar implicados, supuestamente, en el acto terrorista de las Torres Gemelas.
Se aplicaron las más horribles torturas jamás imaginadas, como: conectar cables eléctricos en los genitales; prisioneros embarrados cara y cuerpo con heces; echar liquido fosfórico sobre el cuerpo; sodomizar a los prisioneros con bastones y otros ejemplos increíbles de maldad humana. ¿Y qué dijo el tristemente célebre Donald Rumsfeld para rechazar acusaciones? R: los abusos fueron cometidos por unas manzanas podridas. Y así cerró el telón de la macabra obra. Pero aquí no termina el cinismo: el vicepresidente Dick Cheney pidió al Senado hacer una excepción para no implicar a la CIA, de tal manera que sus agentes “puedan llevar a cabo técnicas agresivas de interrogatorio”
Pero no debe faltar el centro de tortura en la ilegal Base Naval de Guantánamo, convertida en un centro realmente infame, donde se practican métodos verdaderamente increíbles: ahogamiento fingido (waterboarding); privación del sueño; exposición a temperaturas extremas; confinamiento en solitario en una celda de vidrio y otras macabras torturas.
Y hay otros datos siniestros en el país del sueño americano, que tiene la mayor población carcelaria del mundo, donde cumplen prisión hasta niños y, además, hay un llamado corredor de la muerte, el que implica una atroz tortura por no saber el reo cuando lo ejecutaran, es algo verdaderamente aberrante. Definitivamente, se necesitaría gran cantidad de cuartillas para mencionar las flagrantes violaciones de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Debemos ser realistas: si no actuamos hoy contra tanta vileza nos convertiremos, indirectamente, en culpables pasivos. Todos podemos contribuir a evitar el crimen. Debemos unirnos en un haz de pueblos abrazados con un fin común, y luchar sin descanso para erigir lo que pudiéramos denominar como el verdadero Consejo de los Derechos Humanos, y su slogan “Contra la barbarie, por la dignidad de los pueblos”.
“En 1948 y 1976 las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho a soñar? ¿Qué tal si deliramos por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible (…)”
Eduardo Galeano (mensaje a la ONU)
Autor: Silvio J. Blanco