Cintio Vitier, el poeta enamorado de su Patria

Tal vez lo marcaron para siempre los ecos del paso de José Martí por aquellos predios, donde halló el apoyo generoso de sus compatriotas para reanudar la guerra por la independencia de Cuba. Porque, más allá de la valía de su obra poética, ensayística, crítica y narrativa, se le reconoce como hombre íntegro, humanista pleno, un erudito sin vanidad, todo ética.

Asimiló -y así lo dijo- que su pasión por la poesía era pasión por la patria, y ése era el mensaje fundamental del hombre en que ambas vocaciones se fundan: José Martí.

Él nos pide convertir su palabra en acto, sostuvo Cintio Vitier -el más importante estudioso de la vida y la obra del Apóstol- al recibir la Orden que lleva  su nombre, la más alta distinción que confiere Cuba.

Advertencias oportunas

Se dice Cintio Vitier y rápidamente se le ubica entre los creadores que sentaron pautas en la literatura cubana desde la renovadora revista Orígenes. Y es referente su propio y complejo universo poético. Pero aquel poeta sencillamente enamorado de su patria -como él se definiera- y uno de los más importantes pensadores cubanos, legó un libro de admirable actualidad: Ese sol del mundo moral.

Un texto imprescindible sobre todo cuando los caminos se vuelven más escabrosos. En esa obra se sintetizan las esencias de la cubanidad, la forja de un pueblo en luchas perennes para salvaguardar su tierra, su identidad, su cultura.

Mucho le debe Cuba a Cintio Vitier, martiano y católico, que supo interpretar la Revolución triunfante como una resurrección histórica y alertarnos sobre los peligros que acechan a la nación misma, si  fuera derrotada.

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