Donald Trump: ¿Víctima de su extremismo?

Desde hace meses vaticinaron que la ex senadora Hillary Clinton sería la candidata presidencial del Partido Demócrata y el multimillonario Donald Trump del Republicano. Este último, incluso, ya tiene el número suficiente de delegados para la Convención Nacional que elegirá a su candidato a la Casa Blanca.

Sin embargo, este lunes la  agencia española EFE advirtió en Washington que el extremismo de Trump hace difícil defenderlo. «Especialmente, subrayó, luego que en plena campaña electoral hizo graves acusaciones racistas contra un juez de origen latino».

Ahora que es un virtual candidato presidencial, en lugar de echar mano a un tono más moderado afirmó que el juez Gonzalo Curiel le ha tratado de «manera hostil».

¿Cuándo? Al hacer investigaciones sobre las demandas por fraudes cometidos en la Universidad Trump.

Documentos judiciales que archiva la Corte del Distrito Sur de California le acusan de ser «un negocio sin escrúpulos» donde presionan a estudiantes pobres para que ingresen a cursos con matriculas de 35 000 dólares.

Hace siete días el magistrado ordenó la publicación del caso, abierto en 2010, y a partir de entonces Trump le acusó de  haberlo hecho porque es mejicano y repudia su idea de levantar un muro en la frontera. 

Uno de los primeros en desaprobar esas palabras fue el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, luego que el jueves había respaldado al multimillonario. Pero Ryan no fue la única figura republicana en guardar distancia de Trump, además lo hizo el ex jefe de la Cámara Baja y ex aspirante presidencial Newt Gingrich.

Entrevistado al respecto en el programa Fox News Sunday, Gingrich declaró el domingo último: «Este es uno de los peores errores que Trump ha cometido, creo que es imperdonable».

Un senador republicano por Arizona, Jeff Flake, calificó de ofensivas, palabras de Trump cuando puso en duda la nacionalidad estadounidense del juez Curiel, no obstante haber nacido en Indiana. «Los comentarios de Trump son ignorantes, ofensivos y sugieren una indiferencia preocupante por la separación de poderes», alegó el senador Flake, uno de los muchos legisladores conservadores que no lo aceptan.

Entre ellos el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien hizo constar su  «profundo desacuerdo» con el virtual candidato presidencial de su partido.

Entonces, ¿cómo puede mantenerse? Por ahora gracias a la amplia victoria que alcanzó en las elecciones primarias donde seleccionaron a los delegados para su Convención Nacional.

Frente a esa contradictoria y peligrosa situación muchas figuras del campo republicano se han replegado.

He ahí otra muestra palpable sobre la crispada atmósfera política e ideológica que prevalece abierta y subterráneamente  en Estados Unidos.

De todas maneras, el choque de figuras republicanas en torno al caso del juez Gonzalo Curiel, viene a corroborar la importante división que sufre este partido. Expresión inequívoca del costo que entraña para los republicanos el brutal extremismo que prosigue arrastrando Trump.

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