Cubadebate y el sitio Fidel Soldado de las Ideas proponen fragmentos de la entrevista realizada a nuestro Comandante en Jefe por la periodista de la cadena estadounidense NBC, María Shriver, en el Palacio de la Revolución, el 24 de febrero de 1988.
– Ayer estábamos viendo el Museo de la Revolución, y había parte de un avión U-2. Hay una teoría de que un segundo U-2 se derribó en la Crisis de Octubre y que fueron los cubanos los que lo tumbaron.
«Fue un solo avión derribado en los últimos días de la Crisis de Octubre. No fuimos nosotros los que derribamos el avión. Nosotros sosteníamos que no se debían permitir los vuelos rasantes, y un día les advertimos a los soviéticos y a todo el mundo que no admitiríamos los vuelos rasantes y que íbamos a disparar; movilizamos toda nuestra artillería antiaérea, y ese día por la mañana, cuando aparecieron los aviones en vuelo rasante, nuestras baterías antiaéreas abrieron fuego en todas partes contra los vuelos rasantes, eso fue por la mañana.
Pero nosotros no teníamos los cohetes, y, dentro de esa situación, una batería de cohetes soviéticos abrió fuego y disparó contra el avión. ¿Qué puede haber motivado aquello? El hecho de que realmente se había entrado en combate ya, porque nosotros desde por la mañana abrimos fuego. Si nos quieren achacar la responsabilidad, nosotros aceptamos, porque dimos la orden a nuestras baterías antiaéreas de abrir fuego contra todos los vuelos rasantes; pero nosotros no teníamos los cohetes tierra-aire, esos estaban en manos de los soviéticos, y fue un oficial soviético el que ordenó el disparo».
– No hubo ningún segundo avión derribado.
«No hubo ningún segundo avión; pero si hubieran volado rasante hubieran podido haber muchos aviones derribados, porque nosotros sí dimos la orden a nuestras baterías antiaéreas de abrir fuego. Dispararon y los aviones se retiraron rápido, pero no fue Cuba la que dio la orden al cohete tierra-aire porque no estaba bajo nuestro control.
Si hubiera estado bajo nuestro control tal vez hubiéramos ordenado tirarle, así que no estamos rehuyendo la responsabilidad; lo que no tenemos es ese mérito histórico de haber derribado el avión, no podemos usurpar ese mérito histórico».
– ¿Se sintió usted traicionado por Jruschov en la Crisis de Octubre?
«No nos sentimos traicionados, pero estábamos muy irritados y muy disgustados, porque creemos que fue incorrecto por completo. Hubo dos errores. Un error fue hablar de los cohetes de Turquía, era absolutamente incorrecto cambiar los cohetes de Cuba por los de Turquía; eso era una cosa inmoral y, por lo tanto, inaceptable.
Segundo, era incorrecto decidir la retirada de los cohetes sin discutirlo con nosotros previamente. Comprendo que había una situación grande de tensión, de peligro, pero era inaceptable la idea de que se decidiera retirar los proyectiles sin consultar con Cuba. Nosotros no nos habríamos opuesto, pero hubiéramos exigido condiciones, y creo que pudo haber dicho que estaba en disposición de retirar los proyectiles si había garantías aceptables por Cuba, hubiéramos discutido allí. Pero esto no se hizo. Se quedó la Base de Guantánamo ahí, los ataques piratas, la guerra sucia, los planes subversivos, todo permaneció.
De modo que nosotros, con toda razón, nos irritamos, estuvimos en desacuerdo y no permitimos que se inspeccionaran las bases de cohetes, dijimos que aquí nadie podía inspeccionar.
Los soviéticos se pusieron de acuerdo con los norteamericanos, inspeccionaron los barcos, pero nosotros no aceptamos la inspección dentro de nuestro territorio corno una cuestión de principio».
– ¿Nikita Jruschov lo humilló?
«No. Hay que decir la verdad, que Jruschov fue muy amigo de nosotros; Jruschov fue quien inició las relaciones políticas y las relaciones económicas con Cuba; fue extraordinariamente generoso y amistoso con nuestro país. Yo diría que todo lo que hizo fue bueno para nuestro país.
El único punto con el que estuvimos en desacuerdo total fue con la forma en que manejó la crisis al final, ignorando a Cuba de una forma extraña, hablando de cohetes en Turquía y hablando de retirar los proyectiles sin consultar con Cuba. Tenía que consultarnos, porque teníamos acuerdos concertados entre los dos países; y tenía obligación no solo política, sino legal de consultarnos, y no nos consultaron».
El 26 de octubre por la noche los soviéticos propusieron retirar los misiles a cambio de garantías de Washington de que no invadiría Cuba. A cambio exigieron que Estados Unidos retirara sus misiles de Turquía. La Revolución no claudicó ante la amenaza nuclear, encabezada por el Comandante en Jefe Fidel Castro.
Vea videos Fidel Castro y la Crisis de Octubre: