Sociedad de la información: ¿hacia dónde va el mundo?

Ahora, en la era de Internet, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son la base para el desarrollo de la sociedad, pues intervienen en la optimización de los procesos de producción y de gobierno, y han transformado la interacción humana y el funcionamiento de la vida moderna.

Por ejemplo, el uso de las TIC propicia ahorro de tiempo y facilidad de comunicación, entre otras ventajas, si bien también puede tener consecuencias negativas como la falta de interacción personal y desvanecimiento de los límites entre lo público y lo privado.

La sociedad de la información se trata de todos estos cambios y transformaciones en torno a las TIC, lo cual todavía es más una aspiración que un hecho, dados la brecha digital existente en el mundo y el hecho de que está en desarrollo, gira en torno a los datos que se generan y obtienen mediante estas.

Aquí, además de acceder a los bienes producidos por otros y a los servicios prestados por otros, como sucedía después de la era postindustrial, también se accede a los datos generados por otros.

El valor y los usos que se le dan a esa información, la capacidad para procesarla rápidamente y el acceso casi ilimitado a esta, es lo que marca el mundo contemporáneo. Desarrollar TIC de vanguardia se ha convertido en una carrera que parece interminable en el mundo, sobre todo en países con la infraestructura e industria necesarias.

La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo especializado de las Naciones Unidas para las TIC, mide estos progresos a nivel global mediante el Índice de Desarrollo de las TIC (IDI), el cual combina indicadores en materia de acceso, utilización y competencias, y refleja aspectos clave del desarrollo de estas tecnologías. 

El país que se sitúa a la cabeza a partir del IDI en 2017, año del último estudio, fue Islandia. Los siguientes diez puestos los ocupan seis países europeos y tres de la región de Asia y el Pacífico. Como era de esperarse, a la vanguardia del desarrollo de la sociedad de la información están las naciones con economías prósperas.

EL GOBIERNO DIGITAL

Un ejemplo claro de cómo los datos en este nuevo tipo de sociedad mejoran la calidad de vida, es mediante el desarrollo del gobierno digital, un tipo de gobierno en red que a medida que evoluciona se hace más capaz de analizar y procesar información para mejorar los servicios de administración pública.

El gobierno digital, cuya primera fase es el gobierno electrónico, se basa en la transparencia de los datos públicos, por lo que es esencial desarrollar una política de datos.

Este tipo de gobernanza online se caracteriza, además de por generar y obtener datos, por darles un valor. Por ejemplo, se desarrollan a partir de estos aplicaciones orientadas a brindar servicios públicos y conectar con las comunidades, como aplicaciones de librerías, centros de recreación y tiendas.

También crea y administra ciudades inteligentes. Con ayuda del internet de las cosas se monitorean las luces, cámaras de tránsito y la transportación pública mediante sensores.

La ciudad entera está interconectada y automatizada; la información recopilada se usa para optimizar los servicios, por ejemplo, ahorrar energía eléctrica y garantizar la seguridad pública, protección medioambiental y respuesta rápida ante emergencias. Es por ello que es importante la ciberseguridad para proteger la infraestructura y los datos.

En su nivel más avanzado, la recopilación, análisis y uso de la información permitiría predecir sucesos y actuar en consecuencia. Así se evitan accidentes y fallos en los servicios, por ejemplo.

Mientras esto se desarrolla en países industrializados, a finales de 2016 había 3.9 billiones de personas, más de la mitad de la población mundial, que todavía no tenían conexión a Internet, según la UIT.

En Cuba mediante el gobierno digital pudiera mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. La vicedirectora nacional de la Unión Nacional de Informáticos de Cuba, Tatiana Delgado, explicó en el Taller de Informática Jurídica 2018 que sería como un ecosistema en red, en el que todas las organizaciones estarían conectadas y el funcionamiento efectivo de los gobiernos dependería de su cooperación y coordinación conjuntas.

Por supuesto, esto no sería una varita mágica que resolvería los principales problemas del país, pero sí ayudaría a dinamizar los procesos.

Esto pudiera parecer utópico para nuestro país, pero Delgado afirma que si se trabaja en base a la innovación, digitalización y política de datos, y una colaboración entre el sector empresarial, el gobierno y la academia, se pueden lograr avances.

Ya existen proyectos todavía sin finalizar como la Ventanilla Única de Comercio Exterior, el pago de giros nacionales de Correos de Cuba y algunos ya concretados como los portales de ciudadanos en varias provincias del país, aunque aún con bajo nivel de interactividad y sin brindar servicios online. Sin embargo, queda mucho por hacer y empezamos tarde.

Lo cierto es que en el mundo hay países que se informatizan rápidamente y que, por lo tanto, desarrollan una organización de la economía y de la sociedad diferentes a los que tras la brecha digital se quedan rezagados en este sentido. Queda esperar qué sucederá en el futuro y cuáles serán las consecuencias.

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