Utilizar la palabra como amparo es el mejor homenaje

Los hispanohablantes celebramos cada 23 de abril el Día del Idioma Español. La razón es conocida.

En esta fecha, pero del año 1616, se registra el deceso del más grande de los creadores literarios en esta lengua, Miguel de Cervantes y Saavedra, autor de la novela cumbre de las letras españolas: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.

De todo lo anterior bien sabe la MCs. Julia Montesino Pérez, profesora principal, graduada de la Licenciatura en Educación, en la especialidad Español-Literatura, en la Universidad de Ciencias Pedagógicas «Enrique José Varona», de La Habana.

Haber estado de forma ininterrumpida por 27 años enseñando lengua y literatura en diferentes niveles de educación, fundamentalmente en la Disciplina en Estudios Lingüísticos, en la formación de profesores en la Facultad de Humanidades la propia Universidad, donde hoy integra el claustro de la Maestría en Didáctica del Español y la Literatura son ya razones de peso para escuchar lo que sobre el tema en cuestión tendría que decirnos.

Fundadora del programa Universidad para todos, donde se desempeñó como teleprofesora, especialista en programas del Canal Educativo y autora de libros para la enseñanza de la lengua materna, Montesino ha conseguido demostrar en sus investigaciones el valor de las palabras y su empleo adecuado en situaciones de comunicación.

La docente es de las que piensa que todo ser humano lleva en su alma algo de maestro.

Unos dejan pasar esta oportunidad; otros, la viven desde que sienten placer por enseñar a sus muñecas, por ayudar con las tareas a sus coetáneos, por imitar de sus maestros comportamientos, frases y hasta gustos. Crecí en una familia de pedagogos. Un día me sorprendí porque ya yo también lo era y me quedé para siempre con las letras, las palabras y los versos».

«Siempre supe que en mi camino estaba el magisterio, pero un hecho particular de mi vida me permitió acuñarlo. Por mucho tiempo, pude agradecer a mi profesión el disfrutar de los jóvenes que como hijos me hicieron sentir la madre, que tardé en ser. ¡Hermoso camino este que hoy, en el encuentro académico y afectivo con los que formo como docentes, me conduce a ser, entonces, mejor madre!», señala.

¿Qué importancia le confiere a la enseñanza del español en el sistema educacional?

-Las asignaturas Lengua Española, en primaria; Español-Literatura en Secundaria Básica y Preuniversitario, así como todas aquellas que desde los estudios lingüísticos se imparten en muchas carreras universitarias, aseguran el adecuado uso de la lengua materna, según los contextos y por tanto la formación de comunicadores competentes.

«El proceso de enseñanza aprendizaje de la lengua materna debe realizarse desde la clase comunicativa de lengua, en la cual es posible crear espacios para la interacción comunicativa, la socialización y la cooperación. Asimismo en ella el estudiante puede autorrealizarse, satisfacer sus necesidades comunicativas, experimentar cambios duraderos en su actitud, y elaborar pensamientos transferibles a nuevas situaciones y contextos».

¿Cómo pueden los profesores de Español hacerle los honores que merece el hermoso idioma que enseñan?

-Rendirle tributo a nuestro idioma es un viejo oficio. Muchos escritores han regalado lo mejor de su verbo a la justa valoración del más sensible y puro medio de comunicación humana. Neruda sintetizó su pensamiento cuando dejó dicho: «¡Qué buen idioma el mío!» y también lo hizo cuando afirmó haber creado con su idioma «palabras para la alegría, para el dolor, para los impulsos, para los infinitos deseos, para las inquietudes y para el amor que florece».

«Los maestros todos, utilizamos la palabra como amparo, y ese es el mejor homenaje. Si somos modelos lingüísticos para nuestros estudiantes, en particular y para todos los que nos escuchan o nos leen, estaremos mostrando el poder nombrador, creativo y fecundante de la palabra. Si además, desde nuestras clases, somos capaces de enseñarlo adecuadamente ­estaremos contribuyendo a elevar los índices más sensibles de los cambios sociales e incidiendo en el mejoramiento de la materia comunicativa de la conducta».

-Actitudes que favorecen el intercambio provechoso de los hablantes, como lo es la cortesía lingüística, ha hallado nido en sus investigaciones, ¿por qué considera esencial esta estrategia comunicativa en las relaciones interpersonales?

-Ser profesora de lengua y literatura me ha dado la oportunidad de estar al tanto de los permanentes intercambios entre hablantes. Se ha convertido en una costumbre para mí observar y analizar, la manera en que estos ocurren en diversos contextos».

«Con dolor he descubierto brechas cada vez más profundas en el establecimiento de las relaciones interpersonales cuando el lenguaje verbal deja de ser persuasivo y se presenta agresivo, humillante e imponente. Entonces volqué todos mis empeños en educar la cortesía lingüística en los docentes que se forman como profesores de Español-Literatura».

«Particular importancia le concede la profesora -actual Jefa del Departamento de Idiomas en la Escuela Ramal del Sector del Transporte, en el Ministerio de Transporte (MITRANS)- al diálogo, «que nos hace ser mejores, en primera instancia porque sabemos y respetamos la existencia del otro y ayuda a tener conciencia de que son importantes las palabras, y aún más su gobierno, sobre todo, cuando se aplican las reglas de la cortesía lingüística, que permiten no imponerse y lograr la camaradería a través del correcto empleo del lenguaje».

-¿Qué papel le confiere a los medios de difusión en el cuidado del idioma?

-Como los maestros, los medios han de convertirse en modelos para contribuir al adecuado empleo del idioma. Creo que a veces falla y no se tienen en cuenta las grandes posibilidades que estos poseen desde lo audiovisual, desde el sonido o desde la palabra autorizada que se acuña en la prensa escrita. Resulta obligada una mirada coherente y profunda para el logro de tales menesteres, que necesitan lo multifactorial para que el mensaje que desde ellos se emite sea exitoso.

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