Cuba, su cultura y desafíos actuales

El Congreso de la UNEAC es el culmen de todas esas horas de reflexión, autocrítica y enfoques con luz larga expuestos por los afiliados con entera libertad. Por esa razón todos, sin excepción, somos partícipes de este Congreso y estamos legítimamente representados en él.

Muchos son los temas a debatir. Como contrapartida comprometida, la vanguardia intelectual y artística cubana sugerirá las políticas a seguir en temas de importancia cardinal para la vida nacional como lo son la enseñanza artística, las relaciones de los artistas y las instituciones con lo medios de difusión, y la vinculación de la expresión artística con el turismo, eslabón decisivo para la proyección de la cultura cubana desde el país y hacia el mundo.

Encaramos un reto cada vez mayor de enfrentarnos a los intentos imperialistas de una estandarización donde la cultura chatarra y mercachiflera se entronice a costa de la anulación de las culturas autóctonas. Nos defendemos contra una pretensión colonizadora cuyo primer paso consiste en el aplastamiento de la diversidad cultural, agresión arreciada por el estrechamiento del Bloqueo contra Cuba y la activación de los capítulos III y IV de la ley Helms-Burton.

Ningún lema mejor para este IX Congreso que el inspirado por nuestro eterno Fidel cuando afirmó que “Sin cultura no hay libertad posible”, basado en el precepto martiano de “Ser cultos para ser libres”. Ello consiste en defender nuestra libertad, traducida como soberanía nacional mediante la salvaguarda de nuestra cultura.

Junto a Raúl, a nuestro Presidente Díaz-Canel y a nuestro Partido de vanguardia marchamos cohesionados hacia el porvenir, convencidos de que cuanto surja del IX Congreso requiere de la sensibilidad de organismos y entidades que están llamados al trabajo mancomunado y sinérgico, única vía para materializar y llevar a vía de éxito los frutos de estas jornadas de debate y reflexión.

Estamos a la altura de una intelectualidad comprometida con su mejor herencia y con el Proyecto de país que le ha dado su razón de ser y existir. Vivimos también una época histórica nueva que exige soluciones nuevas para desafíos nuevos, así como una mentalidad diferente para la superación de fórmulas anacrónicas que una vez funcionaron y que corresponden a otro momento histórico. Ello significa, ante todo, continuidad de un propósito patriótico y revolucionario que, desde lo diverso de hoy, sepa defender con toda dignidad la grandeza de ayer.

Esta premisa fue evidenciada por el actual Presidente de la UNEAC, Miguel Barnet, cuando en la sesión inaugural este sábado 29 de junio aseveró:

Somos los mismos y diferentes a la vez: entrañablemente comprometidos con los destinos de la Revolución, del país, con la defensa de nuestros principios y con la creación y promoción de los valores de nuestra cultura

La actualización de nuestro modelo político, económico y social necesita además su expresión en el ámbito de la creación artística, el pensamiento intelectual y la cultura en general. Los tiempos actuales requieren un examen profundo, razonado y éticamente comprometido para repensar la labor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en nuestros días.

Estamos llamados a un quehacer cada vez más universal partiendo de lo nacional y en particular de lo local, de lo genuino que emana desde las raíces mismas de nuestro pueblo. A insertarnos aún más en la cultura mundial desde nuestra riqueza inherente y aprovechar para el crecimiento propio lo mejor de ambas, sin detrimento de lo propio.

El momento actual nos convoca a discernir entre lo que es “arte bueno y verdadero” para diferenciarlo de lo “banal y chapucero” que no tiene cabida en nuestra sociedad.

Sabemos que esta obra no se resuelve en dos días de Congreso, y que transita ineludiblemente por la concientización de las instituciones y actores que las encarnas y representan, junto a una legislación oportuna que provea efectividad para su mejor cumplimento.

El IX Congreso de la UNEAC es de toda la nación cubana, de cada ser humano que ama a su patria y su cultura y que, de alguna manera, es también protagonista.

Hoy más que nunca mantiene su vigencia el discurso de Fidel que todos conocemos como “Palabras a los Intelectuales” y del que precisamente este 30 de junio se conmemoran 58 años. Conviene volver a leerlo por su actualidad y por el hecho de que el líder de la Revolución Cubana, desde aquellos primeros años, llamó a la unidad en la diversidad de todos los creadores artísticos e intelectuales.  

Desde la pluralidad, comprometidos con el proyecto patriótico y de justicia social que triunfó en enero de 1959, el IX Congreso de la UNEAC muestra una vez más a nuestra intelectualidad como vanguardia artística, conocedora de su deber histórico para, a decir del propio Fidel cuando en aquel trascendental discurso de 1961 sentenció: “Teman a los jueces de la posteridad, teman a las generaciones futuras que serán, al fin y al cabo, las encargadas de decir la última palabra”.

En honor a nuestra herencia histórica y cultural, comprometidos con el devenir de la Patria a mediano y largo plazo, es momento para ratificar con Fidel en nuestros corazones:

¡Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada!

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