por No apuntaré en estas letras lo afirmado con tanta razón por medios decentes, pues es sumamente conocido el increíble arsenal de crueldades, egoísmos, injusticias que caracteriza a ese país.
Pero, a pesar de ello, sí resulta conveniente insistir en que todo lo que sufrimos a causa del imperio es, ni más ni menos, el resultado de una filosofía del despojo, supremacía, y arrogancia que siempre ha caracterizado a sus gobiernos desde 1776 hasta nuestros días. Es como un virus que les acompaña y ya es endémico.
Cuando no era la “fruta madura”, “el destino manifiesto”, “América para los americanos”, o “el gran garrote”, entonces ahora la bestia habla de “América First”, para reafirmar que primero es su nación y las otras no importan. Lo que sucede es que ha desaparecido todo vestigio de simulación, suplantándose por las más desvergonzadas acciones, incluso anunciadas al mundo tal si fueran actos heroicos de beneficio humano.
Han llegado a límites que ya lindan con lo increíble; el lobo mayor le anuncia al mundo que, aunque las próximas elecciones no favorezcan su continuidad en el camino tenebroso que ha fabricado, entonces ha decidido mantenerse a toda costa. ¡Y esa es la gran democracia de la que se jactan él, lobos de su élite y muchos millonarios que lo apoyan.
La misma democracia que ahora mismo reina en el proceso electorero, que me recuerda la Cuba de ayer, cuando se incluía la trampa o “pucherazo”, como se decía; los llamados “sargentos políticos desvergonzados”; los soldados y policías amenazando al pueblo; los carteles con la fotos de candidatos y anuncio de promesas que jamás se cumplían, en fin…ahora mismo ya se conoce evidentes hostigamientos, intimidaciones y amenazas contra los que, suponen, voten en contra de Trump; mañas para evitar que ejerzan su derecho en el proceso aquellos que consideran inferiores o de clase baja como negros, latinos y otros no afortunados del sistema.
Todo bajo el mismo signo perverso: el interés social debe quedar supeditado al gran poder económico de los grandes millonarios. ¡Curiosa democracia que insisten en vendernos!
En definitiva, todo está diseñado para que Trump salga victorioso aunque sea a empujones y coces, y empleando todos los medios disponibles para lograrlo. ¿Por qué es así? La respuesta es simple: Se trata de la esencia de un sistema que nació cruel e injusto y cada día gana más terreno en sus ansias de dominación, aún cuando se cierne sobre la humanidad el enorme peligro de una tercera conflagración militar de consecuencias inimaginables. Sin embargo, para todo al que le corra por las venas el sentido de justicia y fraternidad sabe que SÍ es posible un mundo más justo donde prevalezca la acción fundamental de los pueblos, incluido el de Estados Unidos, todos en el mismo haz para luchar por nuestros derechos irrenunciables, como el disfrute de nuestra propia vida.
Es posible que los próximos días sean escenario de sucesos muy repudiables que no solo afectarán a EE.UU., sino que repercutirán en contra de nuestros pueblos, ya cansados de tanta inequidad e injusticia.
Debemos ser realistas. ¡Hay que seguir luchando y denunciando sin descanso para bloquear la cueva de los grandes males. En el intento podrán morir muchos revolucionarios de veras, convencidos de unas ideas expresadas por nuestro Héroe Nacional José Martí en su magistral discurso «Los Pinos Nuevos»:
“La amapola más roja y más leve crece sobre las tumbas desatendidas”; “El árbol que da mejor fruta es el que tiene debajo un muerto”.