En la distancia: ¡Unidos Venceremos!

Somos así; razones que nos hacen difícil mantener la distancia social. A pesar de ello, nuestro sentido humanista y solidario, desear para los otros el mismo bien que anhelamos y procuramos a nosotros mismos, nos motiva a ser capaces de adoptar las contingencias necesarias y evitar en todo lo que de nosotros dependa, los contagios y la expansión de la pandemia global de la Covid-19. 

Contamos felizmente con los medios de difusión masiva, en especial una Radio Cubana cuyo distintivo esencial tiene como razón de ser su masividad y carácter participativo. Mediante su programación en vivo – además de informarnos – mantenemos un puente afectivo continuo que se complementa con el acceso a las redes sociales vía Internet, donde nuestra Radio también está presente. 

Me atrevo a afirmar que el alma humanista y solidaria tan propia de nuestra idiosincrasia, permite conservar una distancia física por el bien de la salud individual y colectiva, al tiempo que la proximidad social y afectiva rebosan salud y fortaleza, esa consustancial a ti, a mí, a ellas, ellos, a nosotros; la que nos define como nación y provoca un latir al unísono de mentes y corazones. Aunque pareciera paradójico, esa es la intangible cercanía que nos mantiene unidos. 

Gracias a la unidad afectiva, que la Covid-19 no ha podido ni podrá jamás destruir; al cariño y la pureza de ideas de nuestra batalla histórica, mantenemos la cohesión conducente a la victoria, y  desde la nueva trinchera agitamos la gloriosa bandera de la estrella solitaria como signo de verticalidad patriótica. 

El Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, el proletariado cubano, del que también forman parte los campesinos, profesionales y estudiantes, en todos esos frentes con significativa participación femenina, seremos protagonistas de una celebración inédita a nivel mundial. Celebraremos desde nuestros hogares. La histórica Plaza de la Revolución no tendrá una presencia física visible como en ocasiones anteriores. Esta vez su espacio lo ocuparán millones de corazones y voluntades latiendo firmes y unidos, patentizando su apoyo a la Revolución y al proyecto Socialista de la Cuba que todos queremos.

Con el pulso estremecido y emoción incontenible, saludaremos al glorioso ejército de batas blancas que salva vidas dentro y fuera de la Patria. Junto al de ellos, el saludo igualmente merecido para obreros, campesinos y profesionales que desde sus posiciones imprescindibles asumen tareas en la producción y los servicios. Será el saludo para cada hogar y ser humano de este país, que con estoicismo y disciplina cumple las necesarias medidas de aislamiento para derrotar la pandemia que nos agrede. 

El estricto cumplimiento de las orientaciones de nuestro Gobierno y sus autoridades sanitarias constituyen hoy la orden de combate para un pueblo aguerrido y miliciano que no se las entiende con enemigo alguno ni conoce de derrotas. 

En el Concepto de Revolución Fidel nos enseñó a tener “sentido del momento histórico” y es, precisamente la observación de todas las medidas sanitarias, lo que reclama de nosotros el momento actual. No nos vamos a rendir a la pandemia de la misma forma que ni ayer, ni hoy ni mañana nos rendiremos al enemigo imperialista. 

Nacimos para vencer, y no para ser vencidos. La trinchera es hoy cada casa, como desde hace tiempo fue concebido para la guerra de todo el pueblo. Celebramos así el Primero de Mayo, echamos por la borda el desvencijado y criminal Bloqueo imperialista y erradicaremos de nuestro suelo el flagelo de la Covid-19. 

El próximo año la Plaza de la Revolución y las de toda Cuba se estremecerán de alegría con la presencia de todo el pueblo. Será la más grandiosa de todas nuestras celebraciones proletarias, la del triunfo contra la pandemia, del sano orgullo por el exitoso cumplimiento de nuestro deber internacionalista en pro de la vida y la salud. La del abrazo grande, multitudinario y profundo de la victoria. 

De eso estamos convencidos. ¡Por Cuba: unidos venceremos! Seguro que SI…

 

 

 

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