La mafia y sus derechos humanos

La selecta clase que dirige a la población estadounidense y que, además, tiene al mundo al borde de un nuevo holocausto, es lo que más se parece a una mafia por su conocida definición de “organización clandestina de criminales que ejerce su poder mediante el chantaje, y la violencia”. Naturalmente, el tiempo ha trascurrido y ya tal organización de delincuentes no andan en un auto ametrallando comercios o personas; ahora viajan en lujosas limusinas o aviones presidenciales, acuden a conferencias internacionales y algunos inclinan la cabeza en señal de obediencia y respeto a todo el que represente al mafioso mayor, es decir, el imperio perverso; puede ser el Presidente, el Secretario de Estado o cualquier otro alabardero de cuello blanco.

En un increíble alarde de cinismo estos seres malignos que se atreven a confeccionar listas de todos aquellos países que no respetan los derechos humanos, según afirman. Por supuesto, los incluidos siempre son, entre otros, Cuba, Nicaragua, Venezuela o cualquier otra nación que se atreva a pensar por cabeza propia y no acepte la tutela yanqui. Y lo más curioso: cuando se refieren a derechos humanos no son aquellos aceptados por todos, sino a su particular versión; es decir, la que sirve es la injusta y cavernícola de ellos, una cínica burla a la humanidad para cumplir con el objetivo mayor de eternizar su política exterior y mantener su hegemonía. Y por otra parte, acuñar muy bien la idea de la Doctrina Monroe, la que sigue pretendiendo que toda la América debe ser de Estados Unidos, de modo que  la región se subordine a los objetivos económicos de USA.

Vea usted hasta dónde pueden llegar con tanta desfachatez, si consideramos que es, precisamente, Estados Unidos el mayor violador de los derechos humanos en el mundo. ¿Con qué moral se atreve a juzgar? Además, téngase en cuenta que sus violaciones las cometen no solo contra otros países si no, además, contra el propio. Veamos algunos pocos ejemplos: el imperio gasta de su presupuesto mucho más de 20 millones de dólares, solo para la agresión mediática contra Cuba, ya que daña al país intentando desincentivar al turismo, uno de los principales ingresos económicos de la Isla; el bloqueo dura ya más de 60 años, incluso contra el clamor mundial que exige su eliminación, por inhumano, inmoral e ilegal.

Por otra parte, algunos ejemplos más de su propio patio: Estados Unidos tiene el peor registro de violaciones de derechos humanos: cuenta con la población carcelaria más grande del mundo (incluidos niños); mantiene una deuda permanente de maltratos a los afro descendientes; tiene una “democracia” de las minorías, en la cual es hasta posible que un presidente resulte electo sin haber alcanzado la mayoría de votos del pueblo y, por otro lado, el personaje debe ser rico o millonario, de modo que responda a los macro intereses económicos que dan vida a ese sistema esencialmente injusto; el gravísimo problema de las armas en manos de la población  que causan la muerte a tantos ciudadanos estadounidenses y a millones en el mundo como consecuencia de las guerras que imponen directamente, o del apoyo que brindan a sus súbditos.

Aunque hayan pasado casi 80 años no es posible que esta humanidad olvide los horrendos crímenes que EE.UU. cometió con el lanzamiento de bombas atómicas contra Hiroshima y Nagasaki, causando la pavorosa cifra de más de 180 mil muertos instantáneamente y otros muchos miles a causa de las radiaciones y horribles enfermedades, inmediatamente posterior al lanzamiento. Fíjese hasta donde son capaces en este tema de los derechos humanos. Antes del lanzamiento de las bombas Harry Truman advertía a Japón: “Si no aceptan los términos de la Declaración de Potsdam y no se rendían, EE.UU. tomaría medidas radicales. Podrán esperar una lluvia de ruina desde el aire, algo nunca visto hasta ahora sobre esta tierra.” Estos son los mismos de las listicas de violadores de derechos humanos, a lo yanqui. ¡Y quieren vendernos su sistema!

“Debemos destruir todo lo que esté dentro del radio de acción de nuestros cañones. Concentrar el bloqueo, de modo que el hambre y su eterna compañera, la peste minen a la población civil y diezmen al ejército cubano…” Subsecretario de Guerra estadounidense. 1902.

“El odio canijo ladra y no obra. Solo el amor  construye.” José Martí

 

 

 

 

Autor

  • Silvio José Blanco Hernández

    Silvio José Blanco Hernández. Colaborador del Portal de la Radio Cubana. Destacado y multipremiado periodista, escritor, asesor y analista de información. Es autor de libros como "La radio, técnica, arte y magia", y "Los programas informativos de la radio... Y algo más", entre otras obras y materiales investigativos con importantes aportes metodológicos al medio radial.

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