La permanencia en casa de unos, en labores imprescindibles otros, y nuestros trabajadores de la salud en su lucha por salvar vidas dentro y fuera de nuestras fronteras como gesto de supremo amor solidario, hacen que este abril de 2020 añada nuevos motivos de reflexión.
Hace exactamente 59 años, en la histórica esquina habanera de 23 y 12, el pueblo de Cuba congregado allí despidió a las víctimas de los bombardeos perpetrados por la aviación mercenaria contra los aeropuertos de Santiago de Cuba, San Antonio de los Baños y Ciudad Libertad. La Patria se ensangrentó como preludio de lo que acontecería al día siguiente, la invasión mercenaria por Playa Girón.
El 16 de abril de 1961, bajo la certera guía de nuestro líder eterno Fidel Castro Ruz, Cuba dio un paso decisivo en su camino hacia la definitiva independencia. La Revolución Cubana que comenzó en 1868 y consolidó su guerra de liberación con el triunfo de 1959, emprendía el camino irreversible al Socialismo. Aquella opción patriótica, símbolo de nuestra autodeterminación, alcanza a nuestros días.
Más de medio siglo de lecciones heroicas y victorias no le han servido como escarmiento a los enemigos de la Revolución Cubana. En su desequilibrado afán por destruir la obra de todo un pueblo, acuden a cuanta alevosía y perfidia les viene en gana. El imperialismo yanqui y sus servidores contumaces continúan desoyendo la racionalidad y el sentido común. Cuba, por su parte, mantiene su postura independiente, meridiana y abierta a solucionar cualquier diferencia por la vía del diálogo basado en el respeto mutuo y nuestra autodeterminación.
Una nueva generación de dirigentes – herederos de Fidel, Raúl y los próceres de todas las épocas – ha asumido la conducción del proyecto social por el cual optamos hace 59 años. Esta es la generación de la continuidad revolucionaria, lo que significa hacer en cada momento lo que cada momento reclama, y hacerlo con la misma dignidad, ética y fortaleza legada por nuestros predecesores, varios de ellos felizmente acompañándonos en este andar.
Al enemigo imperial se añade hoy otro, de carácter invisible y no menos mortal, que amenaza la salud y las vidas de nuestro pueblo y del resto del mundo. Con la misma hidalguía miliciana de los primeros años, enfrentamos, combatimos y derrotaremos la Covid-19. Contamos con un ejército de batas blancas heredero de las Milicias Nacionales Revolucionarias que en Girón derrotaron al enemigo. Asimismo, en demostración de plenitud solidaria, parte de nuestra propia esencia, nuestros trabajadores y trabajadoras de la salud libran la batalla contra la pandemia, como pueblo uniformado, de la misma forma que en su momento – fusiles en mano – repelimos la insolente pretensión imperial de invadirnos.
«Porque lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí, lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de #Cuba??». #FidelVive pic.twitter.com/UQYUG1AuE2
— Alfonso Noya Martínez?? (@alfonso_noya) April 16, 2020
Estas jornadas, necesarias y propicias para permanecer en casa suman esta vez un nuevo significado al que históricamente posee la fecha del 16 de abril. El imperio con su desquiciada argucia demagógica nos sigue bloqueando; esta vez para impedir que recibamos recursos para salvar vidas.
El Gobierno Revolucionario encabezado por su Presidente, el compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez cierra filas con todo el pueblo fiel al Partido, a Raúl y a la memoria de Fidel, siempre presente en nuestras jornadas. Desde nuestras casas, centros de labor imprescindible y desde la misión de salud interna y externa, celebremos este nuevo aniversario de la Cuba Socialista que todos conquistamos.
Con certeza en fecha no lejana, también podremos festejar la victoria contra la Covid-19, la que será un contundente Girón de la salud y muestra de la invencibilidad de Cuba y su Revolución.