Operación Mangosta: un ejemplo abominable (II)

Me refiero a “Mangosta”, curioso nombre de un roedor depredador, capaz incluso, de matar a una gran serpiente que, por demás, puede transmitir la rabia; nombrecito que le viene bien al gobierno estadounidense. Su actuación se inicia  como venganza por la bochornosa derrota sufrida en la pretendida invasión de Playa Girón.

El objetivo de tal Operación estaba muy claro, y fue el mismo que aún hoy intentan materializar: crear el caos en la población, sometida a acciones criminales y desestabilizadoras, de modo tal –como siempre sucede- de facilitar la “desinteresada” intervención de EE.UU para restablecer la democracia y, de paso,  sus intereses económicos. Concibieron 32 tareas dentro del plan macabro de Mangosta, y de ellas 13 para destrozar nuestra economía.

En tales empeños se destacaron muy diversas acciones, tales como dificultar el transporte marítimo; provocar fracasos en las cosechas de alimentos; impedir la venta de níquel;  sabotajes múltiples; promover levantamientos internos; guerra biológica que causó daños enormes a Cuba por la introducción de plagas de diverso tipo que afectó la zafra azucarera, la masa ganadera y otros objetivos. Y, para colmo, crearon y apoyaron a más de mil alzados que operaron  en zonas rurales del país, y que cometieron crímenes horrendos. Hay que añadir innumerables atentados contra la vida de nuestro Fidel Castro.

Esta última tarea fue protegida al máximo por las autoridades yanquis para evitar  se conociera que practicaban terrorismo de Estado.

Hay que agregar que la CIA (o EE.UU., es igual) disponía de una Estación en el sur de la Florida y que, además, era la más grande del mundo y contaba con un presupuesto anual de mil millones de dólares, una plantilla de 500 oficiales  y  4 mil colaboradores. Todos estos recursos enormes, se utilizaban entre otros objetivos, para derrocar a un gobierno que no contaba con su simpatía. Así de simple. En definitiva, la Operación Mangosta fue un dispositivo subversivo en el cual se integraban entidades “muy respetables”, tales como el Consejo de Seguridad Nacional, el Pentágono, el Dpto. de Estado, la CIA, la USIA (Agencia de Información de USA) y no podía faltar en el bochornoso festín, la OEA.

Pero aquí estamos, libres, sin dueño, ni claudicar, a pesar de los arrebatos del norte por someternos. Es evidente que no conocen al pueblo de José Martí. Debían, al menos, atender a esta magistral idea del Maestro:

Los pueblos, como las bestias, no son bellos cuando bien trajeados y rollizos, sirven de cabalgadura al amo burlón, sino cuando de un vuelco altivo desensillan al amo.”      

   

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