Rosa Fornés, leyenda del arte y la cultura cubanas

Rosalía Palet Bonavia debe su inicio como artista universal prrcisamente a la Radio Cubana, con la cual mantuvo una linda relación de amistad y complicidad.

La radioaudencia se regodeaba de su merecida fama como estrella del arte, pero también disfrutaba de su carácter afable, dulce y sencillo; es antológica su presencia en programas radiales y las innumerables entrevistas a reporteros del medio, siempre contando anécdotas y los hitos fundamentales de su vida artística
y personal.

Con tan solo 15 años, la que después se convertiría en Rosita Fornés, debutó en la famosa emisora CMQ- Radio, gracias al programa La Corte Suprema del Arte, una plataforma de lanzamiento para aficionados.

Como toda una artista consumada, Rosita actuó con pasmosa naturalidad, provocando el aplauso ensordecedor del público presente, y el asombro de los directivos de la estación.

A partir de ese momento, la Radio se convirtió en el medio ideal para el lanzamiento de la talentosa cantante, que además de su exuberante belleza física, cautivaba por su voz exquisita y una versatilidad única y poco común en el mundo del espectáculo en nuestro país.

Y no solo CMQ-Radio fue testigo de la categoría de la Rosa de Cuba, otras radioemisoras, como CMQ, Coco y RHC Cadena Azul se la disputaban porque les aseguraba altos niveles de audiencia.



Se conoce también que en la etapa internacional de su naciente carrera profesional, Rosita Fornés mantuvo lazos featernales con la radio en México y España, aumentando su fama.

 

Para gloria y fortuna de la Radio Cubana, el inmenso legado de Rosita Fornés permanecerá vigente en todas sus grabaciones, también en sus actuaciones en el teatro, la comedia musical, el arte lírico y el cine, donde dejó su impronta.

Este día, más allá del pesar por el fallecimiento de nuestra eterna Rosa, quedará el recuerdo de una artista irrepetible que marcó épocas. Para los radialistas cubanos nunca será un adiós definitivo, si no la gran satisfacción de que Rosita sintió en carne propia nuestra pasión creativa y aventura, como aquella primera vez
que tomó los micrófonos de la CMQ-Radio para quedar por siempre en el firmamento de la cultura nacional y universal.

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