Simbolos a lo yanqui

Naturalmente todos los símbolos no son iguales ni representan lo mismo. Pero, más allá de esa verdad, los símbolos también pueden estar presentes en nuestra vida y el mundo con un significado grotesco,  malvado, o como demostración de  superioridad. Es el caso del Imperio. Veamos algunos simples ejemplos entre muchos otros: el Águila imperial, por supuesto una de las aves más poderosas y depredadoras, con  vista fabulosa que le permite ver a su presa a  enorme distancia, cuya representación, en un alto pedestal, fue derribada por la Revolución cubana triunfante en 1959, como muestra simbólica que deseábamos la paloma de la paz y no aquella aborrecible de las guerras y la rapiña.

Los Cow Boy o Western de Walt Disney. En aquella tenebrosa época que barrió la revolución, los muchachos y no tan muchachos veían aquellas películas con cierta fascinación, aceptando como “normal” que un blanco, de ojos azules, apuesto, con dos revólveres a la cintura, asesinaba a un humilde indio, representado siempre como un malvado criminal y nunca jamás como humilde y laborioso al que le habían robado su pedazo de tierra o, simplemente, porque estorbaba los planes de un magnate.

Es decir, a gran escala llegaron a matar a sus padres fundadores. Claro, hoy Estados Unidos hace lo mismo con los negros, los del tercer mundo, los que habitan países que ellos denominan «fallidos o canallas», o simplemente contra cualquiera que pretenda zafarse el nudo del cautiverio.

Rico MacPato . Este era un personaje creado por Disney,  muy aventajado creador de símbolos que mostraba la apetencia irrefrenable de un Pato que sentía un placer morboso, lanzándose sobre una enorme cantidad de monedas de oro. Había unos paticos sobrinos del susodicho, que siempre estorbaban y querían también disfrutar de aquel baño de oro. Es decir, lo aparentemente inocente en realidad era una incitación al gran poder económico representado por el tío MacPato y, por otro lado, las ansias de imitar de los sobrinitos, prestos siempre a disfrutar del manjar. Es decir, se trata del clásico mensaje subyacente. ¿Objetivo? El oro, solo el oro como súper objetivo.

La CocaCola. Este símbolo es muy curioso en el terreno del comercio donde todo vale, siempre que aporte grandes dividendos. Veamos: ese aparente y sencillo sello de la CocaCola, con el paso del tiempo, se ha llegado a convertir en algo indispensable cuando se piensa en un refresco, porque es el más sabroso, el más vendido, el que más ansían las personas, el que representa el placer, el que se vende en todo el orbe. Y, como es de procedencia yanqui, es por eso que es el mejor. Tan es así que su logo usted lo puede apreciar en todo el orbe y en todos los lugares, porque obedece a una política publicitaria muy bien diseñada que intenta fijar la idea de que hasta en los refrescos son los mejores. Se utiliza la fijación de ese concepto mediante un simple logo que aparece lo mismo en un stadium deportivo, en una tienda de cualquier tipo, en la cafetería de una funeraria y hasta en un inodoro. “Una Coca por favor” palabras millones de veces repetidas.

Hay muchos símbolos más, por supuesto. Pueden mencionarse el apetitoso Hot Dog, el cigarro Chesterfield, y tantos y tantos con el mismo propósito, no otro que demostrar que sus productos siempre, y en todos los casos, son los mejores PORQUE ES DE LOS AMERICANOS. ¡Y qué decir de los revólveres, pistolas y rifles muy bonitos y lustrosos para matar, homenajear, y engrosar las arcas imperiales!

Y dejo para el final la propia Bandera nacional con el símbolo, nada más y  nada menos, que las cincuenta estrellitas que representan los distintos Estados de la Unión, unos propios, otros arrebatados a sus padres fundadores, y los restantes simplemente robados como es el caso de México. En fin…todo es una podredumbre. ¡Y todavía pretenden que compremos e imitemos tal sistema y sus símbolos!

“Mientras unos se preparan para deslumbrar, para dividir, para intrigar, para llevarse el tajo con el pico del águila ladrona, otros se disponen a merecer el comercio apetecido con la honradez del trato y el respeto a la libertad ajena”. José Martí

Autor

  • Silvio José Blanco Hernández

    Silvio José Blanco Hernández. Colaborador del Portal de la Radio Cubana. Destacado y multipremiado periodista, escritor, asesor y analista de información. Es autor de libros como "La radio, técnica, arte y magia", y "Los programas informativos de la radio... Y algo más", entre otras obras y materiales investigativos con importantes aportes metodológicos al medio radial.

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