África nuestra

Para darle realce a la efeméride, se instauró esta fecha como el Día de África.

De aquel continente fueron traídos a Cuba entre los siglos XVII y XIX más de un millón de personas, víctimas de la aborrecible trata de esclavos. Los que sobrevivieron a la penosa travesía llegaron aquí para siempre.

Quiso la metrópoli española dominar su resistencia, ahogar en el cepo o bajo el látigo todo intento de rebeldía frente a tanta crueldad y humillación, pero no sucumbió la fortaleza espiritual de los africanos y sus descendientes.

Ayudar a crecer

De África también son nuestros genes. Los valores culturales de muchos de sus pueblos, sus creencias, y costumbres nutrieron la nacionalidad mestiza de los cubanos. Son vasos comunicantes por los que fluyen la sangre, las alegrías, los sinsabores, la rebeldía y la esperanza.

Fue necesaria una Revolución en la isla caribeña para sentir aún más cerca a aquel continente. Cuando hizo falta apoyo a sus movimientos de liberación por la independencia, estuvo Cuba.

Ahora que África necesita cooperación para el desarrollo y la estabilidad, Cuba ha formado a miles de jóvenes. La primera brigada médica en Argelia -hace 55 años- fue un hito.

Vinieron otros, como la gesta internacionalista por las independencias de Angola y Namibia y el fin del apartheid en Sudáfrica, y la también heroica campaña en la lucha contra el ébola. Ésa es la solidaridad, que cura y hace crecer. 

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