Nacido en La Habana en marzo de 1903, hijo de dominicano e inglesa, había sido perseguido por el gobierno tiránico de Gerardo Machado hasta perpetrar el crimen en la Patria de Juárez, pues Mella era el puño a la cara de cualquier opresor, lo mismo en Cuba, que en el resto de América.
Si bien fueron numerosos los implicados en el crimen, del que se trató a toda costa culpar a su compañera sentimental, la fotógrafa italiana y comunista Tina Modotti, no hubo nada de pasión y si de siniestro en lo propósitos. Años más tarde, uno tras uno de los que cegaron la vida del estudiante universitario, del incansable luchador por la unidad del pueblo y la emancipación social, caerían en circunstancias nada casuales.
El primero en caer fue el detestable José Magriñat, encargado de la ejecución del plan para quitarle la vida a Mella, ajusticiado en La Habana, el 13 de agosto de 1933 encabezaría la lista de los deudores del mes de enero.
A seguidas, el que apretó el traicionero gatillo que inoculara el plomo en el cuerpo del dirigente estudiantil y comunista del mundo, sufrió prisión en México donde fue condenado a veinte años de privación de libertad. En 1938 es excarcelado por amnistía general presidencial. Pero José Agustín López Valiñas tenía una hoja de servicios manchada de sangre ajena y ese mismo año el 18 de noviembre es asesinado. Viejas deudas por una muerte de la que no fue juzgado lo llevó a la tumba con 51 años.
Luego vendrá el turno al asno con garras, sobrenombre que colocara el poeta Rubén Martínez Villena a Gerardo Machado quien gobernara Cuba hasta agosto de 1933 con uñas ensangrentadas privando de vida a sindicalistas, estudiantes, comunistas, socialistas y a cuantos se les opusieron. El que ordenara el asesinato de Mella muere el 29 de marzo de 1939 de forma súbita de un paro cardíaco mientras recibía medicación para intervenirlo quirúrgicamente en una clínica de Miami.
Otro ajuste de cuentas fue el final de Miguel Francisco Sanabria, uno de los participantes en asesinato de Mella. El 11 de octubre de 1942 recibe una puñalada y se desangra, quién era un poderoso gánster, que operaba prostíbulos, bares y bancos de juegos prohibidos en Cuba.
Once meses después de la muerte de Miguel Francisco, el 2 de septiembre de 1943, caerá cocido a disparos el cabo de la Policía Nacional Francisco Rey Merodio, quien era confidente de la embajada de Estados Unidos en La Habana y conoció los planes de Mella de venir con una expedición armada para derrocar a Machado.
El 25 de mayo de 1960 falleció en Santiago de Cuba Guillermo Fernández Mascaró, embajador cubano en México en el momento del crimen contra el fundador de la Federación Estudiantil Universitaria y el Partido Comunista de Cuba.
De un ataque al miocardio el dos de noviembre de 1966 muere el comandante Santiago Trujillo, jefe de la Policía Secreta de Palacio en el gobierno machadista. Al triunfo revolucionario fue acusado por los hechos de 1929 pero por la avanzada edad y estado de salud no se procedió contra él.
¿Y qué pasó con Tina?, con la mujer que desató la pasión amatoria carnal de Mella y lo mantuvo en éxtasis tanto de las ideas como de la poderosa musculatura del joven revolucionario por cuatro meses.
Tina es expulsada de México pero acogida en la extinta Unión de Repúblicas Soviéticas donde llega a ser la segunda jefa del Socorro Internacional. Combate luego en España contra el fascismo, cura heridos y regresa a México con su nuevo compañero Vittorio Vidale. Muere tranquilamente en un auto mientas recorre las calles de Ciudad México en 1942, el día cinco del décimotercer enero de la partida de Mella.
Los cubanos Adys Cupull y Froilán González acusiosos investigadores de la vida de Julio Antonio Mella, como de Ernesto Guevara, Che y nuestro José Martí, nos permiten conocer estos detalles de la historia.