por Gobernantes “democráticos” corruptos que venden su patria al mejor postor; hambruna que mata a millones; egoísmo desenfrenado y ciego que no reconoce derechos ajenos; niños que en pleno siglo XXI hurgan en basureros de capitales en busca de algún alimento contaminado; guerras de conquista; nulo acceso a la educación, la salud y la cultura; infantes que son explotados en trabajos peligrosos y hasta sirven de soldados.
En fin, un enorme mar de injusticia.
Acabo de leer algunos titulares y de ellos tomo solo tres. Efectuará la ONU reunión sobre lucha contra el terrorismo. Mueren 8 civiles en ataque por Estados Unidos en Siria. Niños inmigrantes son obligados a consumir fármacos. De estos vale la pena breves comentarios.
Cuando la ONU trate el tema del terrorismo ¿condenará al gobierno de Estados Unidos por ser, precisamente, el máximo causante de terror mediante sus guerras sucias de conquista, o quizás solo formule alguna tibia declaración sin nombre y apellido?
El caso de la muerte de 8 civiles en Siria como consecuencia de un ataque del imperio y sus secuaces es, lamentablemente, más de lo mismo y hasta muchos se acostumbran a ser impávidos ante la muerte inaudita.
Y qué decir del abuso a niños obligados a consumir fármacos, pues no es de dudar que se trate de sustancias muy nocivas para tranquilizarlos.
Claro que, cuando se hable de terrorismo, abuso, injusticia, crueldad, prepotencia, insensibilidad humana, aparece ante nuestra vista un ser verdaderamente repugnante, nada más y nada menos que el millonario presidente del imperio perverso. Este señor no conoce –y tampoco quiere conocer- ninguna regla mínima de convivencia humana; cree ciegamente, como sus antecesores, en que Estados Unidos es el elegido para regir los destinos de la humanidad; para él la crueldad no existe, pero sí los intereses únicos de su país. En otras palabras: cuando ordena encerrar en jaula a niños para separarlos de sus padres inmigrantes, lo interpreta como una necesidad normal según su manera tan peculiar de cuidar los intereses de la nación norteña.
Así de simple. Puro fascismo. Y si lo considera necesario ordenará la muerte de los pequeños y entonces, a lo más que podamos aspirar es que la ONU haga alguna declaración, sin lastimar mucho al asesino, para que cese la matanza.
No tengo dudas que este Trump aspira a ocupar un sitio destacado en la historia, no tanto por sus millones de dólares, sino por su empeño en parecerse y hasta superar a figuras tan siniestras como fueron Hitler y Mussolini. Pero ¡cuidado!, es cierto que es capaz de desatar una tercera guerra mundial.
Como dijo Gabriel García Márquez:
…los pocos seres humanos que sobrevivan al primer espanto solo habrán salvado la vida para morir después por el horror de sus recuerdos”.
Así anda el mundo.