Cuando los récords no son deportivos (+Audio)

Este 31 de marzo Cuba rompió nuevamente el récord de nuevos diagnósticos de COVID-19 para una jornada. 1051 personas positivas, que están ahora mismo recordando a quién visitaron, saludaron, dónde se quitaron el nasobuco, arrepintiéndose por la casa del vecino, del familiar, del amigo, a donde llevaron un virus, inofensivo para algunos, pero letal para otros.

Recordando la hipertensión que padece el abuelo, la diabetes de la tía, la pena que provoca decirle a la amiga que es contacto y que debe marchar con sus niños pequeños para un centro de aislamiento.

Y lo dramático de esta situación es que las noticias no se dan cara a cara. Se adivinan reacciones, pero la voz se entrecorta, a veces no se escogen las palabras adecuadas, no hay un abrazo que borre malentendidos. A través de un teléfono llega la información que paraliza. Son la soledad y la culpa dos aliadas de la COVID-19. 

Dicen quienes han pasado por la sospecha y la confirmación que ni el más valiente conserva los nervios intactos, que enseguida se recuerdan las experiencias negativas de otros, que para nada son la tendencia, el agravamiento tórpido, empeorar sin enfermedades crónicas; que si estás asintomático, es nada más saber la posibilidad para que la psiquis dispare síntomas.

Evite ser usted, que me escucha o lee, otro número en el parte diario. Detrás de cada diagnóstico hay una enfermedad crónica que complica el cuadro de COVID-19, un familiar preocupado pensando que no te verá más, un gobierno, asediado como ningún otro, que hace esfuerzos incontables para atender tareas colosales, la pandemia y el empeño irrenunciable de ordenar la economía y teniendo sobre sí una lupa para amplificar el mínimo error, mientras silencio y oscuridad reinan para realzar que la Isla se encuentra entre las naciones del mundo con más pacientes recuperados de la COVID-19. 

Evite que tu niño sea otro pequeño aislado en una sala de hospital, sin poder quitarse la mascarilla, de esos que se retuercen por los malestares estomacales que provocan los medicamentos.

Está en las manos de todos, en lo que se avanza en los candidatos vacunales Soberana 02 y Abdala, la vida de miles.

 

 

 

 

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