No se equivocó. En la obra martiana están las definiciones de Patria, amor, Humanidad, independencia, soberanía, esfuerzo, lealtad y muchas otras que hoy se entrecruzan con los preceptos del pensamiento fidelista: ése que habla de libertad, defensa de las conquistas e internacionalismo.
La obra de José Martí está tan arraigada en nuestro actuar cotidiano que es necesario recurrir a ella en cuanto tropiezo enfrentamos los cubanos ante los desafíos permanentes.
Sus valoraciones sobre el imperialismo dan luz e indican un modo de actuar.
Seguimos con la honda martiana
Más de 14 años vivió Martí en Estados Unidos. Conoció ese gobierno, lo caracterizó, padeció sus incongruencias y alertó a Nuestra América de las consecuencias del hegemonismo de su tiranía.
De los avances de esa nación habló en sus escritos, pero más aún de la corrupción, la vileza y la agresividad de sus gobernadores que enfilaban a las naciones de Latinoamérica todo su desprecio y ansias de recolonización.
Harto conocida es su definición sobre el vecino del Norte: Viví en el monstruo y le conozco las entrañas y mi honda es la de David.
Por eso hoy, ante el recrudecimiento de la agresividad imperialista, sus políticas genocidas de bloqueo, sus intenciones de destruir la Revolución y apoderarse de Cuba, es más firme y convincente nuestra lucha por la defensa de nuestras conquistas. En ello nos va la vida.