De sueños, pesadillas e insomnio

Y los presentes en el acto miamero ni se ruborizaron al proclamar que se comprometían con los valores de aquel engendro, que al decir de Juan Gualberto Gómez, mutiló la soberanía nacional. Y como si fuera poco, lo hicieron en el Museo que guarda los restos, nunca mejor usada la frase, de la brigada mercenaria que todavía tiene entre los dientes la arena de Playa Girón.

Y, no podía ser de otra manera, pidieron el apoyo de Estados Unidos para acabar con la Revolución Cubana.

Añoranza por el pasado

Uno se pregunta qué pensaba el secretario de Estado Antony John Blinken, quien desde Twitter dijo que Estados Unidos está comprometido con el futuro de Cuba. Y ya se sabe cuál es el compromiso de Washington con la Cuba actual, ratificado en esa declaración que coincidió nada menos que con el 20 de mayo, el día en que la neocolonia tomó cuerpo y abrió la puerta al yugo de la Enmienda Platt.

Tanto el pronunciamiento de Blinken, como el acto en Miami, expresan la añoranza por un sometimiento que los cubanos dejamos atrás a sangre y fuego.

Por eso hay que pensar que quienes desde otras orillas se creen el cuento del próximo fin de la Revolución Cubana o no saben nada de la realidad nacional o se hacen los bobos. Sueñan con un pasado cada vez más lejano, pero el delirio será pesadilla y sobrevendrá entonces el insomnio.

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