por Desde que Caracas convocara a los comicios generales se desató toda una histeria de los sectores más reaccionarios, que han hecho declaraciones injerencistas, amenazas de nuevas sanciones, planes para desestabilizar al gobierno del presidente Nicolás Maduro e incluso dejado entrever la opción interventora, latente en el llamado a la apertura de un canal de ayuda humanitaria.
Washington, las naciones latinoamericanas que conforman el llamado Grupo de Lima, gobiernos europeos, y ahora también Canadá que amenazó con no dejar instalar los centros de votación en la embajada y consulados ubicados en ese norteño país, insisten en que Venezuela postergue los comicios, sin decir que la fecha programada fue una propuesta de la oposición, no del gobierno.
Esos países dicen que no existen las garantías necesarias. Olvidan que el sistema electoral venezolano ha sido calificado no por uno, sino por numerosos observadores internacionales como transparente y confiable. Incluso el ex presidente norteamericano Jimmy Carter lo evaluó como uno de los mejores del mundo.
Pero Venezuela se ha mantenido firme ante las amenazas y ha defendido su soberana decisión. Este domingo se elegirá al presidente del país y a los representantes a los consejos legislativos de los 23 estados del territorio venezolano, en una jornada que contara con una amplia presencia de observadores internacionales.
El actual primer mandatario Nicolás Maduro, que busca la reelección y quien marcha al frente de las encuestas de opinión, seguido por el opositor Henry Falcón, son los principales candidatos y representantes de dos corrientes totalmente opuestas.
Mientras Maduro apuesta por afianzar las conquistas en vivienda, educación y otros servicios sociales, pese a la constante agresión externa e interna que conlleva incluso una guerra económica, Falcón insiste en dolarizar la economía y privatizar empresas, una estrategia acorde con los intereses de los enemigos de la Revolución Bolivariana.
Las autoridades bolivarianas han llamado al pueblo venezolano a ejercer su derecho al voto y participar en las elecciones del 20 de mayo, como expresión de rebeldía y defensa de la soberanía ante las constantes agresiones contra el país.