Los comentarios que los usuarios escriben en la red social Facebook, luego de compartir la imagen, son estremecedores.
No sé bien si era el busto de su escuela en el poblado de Punta Alegre, donde vive este pequeño. Pero en conversación telefónica con el autor de la impactante foto, Yander me confiesa que durante todo el tiempo que permaneció en el lugar fuertemente azotado por Irma, allí estuvo el niño abrazado al maestro, salvando al Héroe Nacional de Cuba de la arremetida del potente fenómeno meteorológico.
Ese gesto dice mucho más que mil palabras. Es símbolo de una gran sensibilidad, de pureza en los sentimientos, de enorme espiritualidad, de grandeza en los valores, de insuperable amor.
Ese niño de Punta Alegre, con el busto de Martí apretado a su corazón, nos devuelve la esperanza y la confianza en medio de tanta angustia y dolor.
Ese niño abrazó a Martí y no lo dejó solo, lo hizo con la misma fuerza con la que José Martí nos dejó su legado para salvar el espíritu de la nación.