por El muchacho corrió detrás de una colina con el receptor inalámbrico y una escopeta. Desde el laboratorio, con un primitivo transmisor de ondas hertzianas, Marconi pulsó los tres puntos de la letra S (…) Al instante, como por arte de magia, se escuchó el disparo convenido. La telegrafía sin hilos, madre de la radio, había sido inventada. Era el año 1895.
Un par de años más tarde, conectando una antena al transmisor, Marconi logró proyectar su señal a mil kilómetros de distancia. Después, alargando la longitud de onda, superó los 16 kilómetros del Canal de la Mancha. En 1901, (…) cubrió los 3300 kilómetros que separaban Inglaterra de Terranova, en Canadá. Los nuevos telegramas volaban libres. Podían prescindir de los cables y de los postes terrestres.
Estos fueron los comienzos de la radio, el primer medio electrónico de comunicación de masas capaz de construir en la mente de sus oyentes ambientes jamás sentido por ellos hasta ese momento.
Justo cuando se celebra por cuarta ocasión el Día Mundial de la Radio, el 13 de febrero y precediendo al del amor, se precisa un contexto para repensar acerca de la importancia de ese medio sonoro en el intento descolonizador de participar en el discurso mediático diario. A la par de un mundo dividido por una brecha digital entre conectados e invisibles, entre desarrollados y consumidores entre productores y consumidores, la radio analógica, el medio primero del fenómeno de comunicación de masas es apagada en algún que otro país desarrollado.
Spot promocional por el Día Mundial de la Radio
Pero es aún y será, la radio el mejor instrumento de participación, aprendizaje y comunicación en los continentes del Tercer Mundo. La radio educativa y comunitaria, en la trayectoria de la sociedad moderna, ha sido utilizada libremente para emisión de mensajes y ha sobrevivido el tiempo suficiente para desagradar el poder económico y los liderazgos políticos.
El sistema radiofónico comunitario constituye una alternativa de participación y existencia de grupos vulnerables y contrarios a los centros mediáticos sobre todo en América Latina. La utilización del espectro electromagnético, incluso, contrario a legislaciones que ha regulado su uso, ha sido una postura defensiva en pos de utilizar un espacio que por derecho es de la ciudadanía.
Pero en tiempos de Internet, la radio se llama a la convergencia. La producción radiofónica en y para la web ha crecido enormemente. Combinando recursos visuales y sonoros la “Nueva Radio” se reinventa en un formato multimedia y revolucionario a su clásica rutina. Ahora la señal es digital, los efectos sonoros en bits, los programas distribuidos a través de plataformas de Podcast y la transmisión en vivo en forma de streaming, pero la radio sigue siendo la radio.
En Cuba, donde la radio forma parte indisoluble del desarrollo social y cultural, el medio enfrenta grandes retos, pues no obstante la voluntad gubernamental de proteger la identidad cultural y el accionar de los medios de comunicación con sus públicos destinatarios, la radio debe aprender a imbricarse con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, explotar más el concepto de audio a la carta y llegar e influenciar en sus públicos (hoy más diversos) con una gestión de contenidos mejor construida y atractiva.
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