Golpe institucional al estilo proyanki de la OEA

Esta vez, la punta de lanza es contra la República Bolivariana de Venezuela, que se ha convertido en una obsesión enfermiza para el Sr. Luis Almagro, secretario general de la entidad interamericana.

A este oscuro personaje no le importan los sucesos ocurridos recientemente en Paraguay y en la propia Venezuela, que ponen al desnudo estrategias diseñadas por las altas esferas de Estados Unidos para subvertir el orden constitucional y político, y por ende, destruir los procesos revolucionarios y democráticos en América Latina.

Sucede que el Señor Almagro y un grupo de gobierno de derecha promovieron la víspera una grave alteración del orden constitucional en la OEA, perpetrando la toma de la Presidencia del Consejo Permanente de la OEA e imponer una agenda ilícita, lo que se contrapone a las normas, principios y propósitos consagrados en la Carta Fundacional de la institución.

El representante de Bolivia ante la OEA, Diego Pary Rodríguez, entró a la sesión y expresó que lo sucedido significaba un golpe institucional y el desconocimiento de las normas internacionales.

Añadió que «no solamente han agredido al Estado que ostenta la presidencia, sino también al Estado vicepresidente», que es Haití.

Pary Rodríguez lamentó que Honduras asuma de manera golpista e ilegal la presidencia del Consejo Permanente. Subrayó que «no acepta de ninguna manera» que esa facultad le sea «usurpada».

Su convocatoria, su dirección es ilegal, es trucha, y la desconocemos totalmente. Este Consejo es ilegal y lo que hoy se ha hecho es un golpe institucional», reiteró.

Asimismo, el representante venezolano, Samuel Moncada, calificó de grosería que la canciller argentina Susana Malcorra «esté hablando sobre Venezuela sin nuestro permiso».

Almagro preside las maniobras imperiales de la OEA contra VenezuelaPor su parte, el asesor jurídico de la OEA, Jean Michel Arrighi, argumentó que ante la ausencia de Bolivia y Haití le «correspondía» presidirla al embajador titular con más antigüedad en la organización, Leónidas Rosa Bautista, de Honduras.

Arrighi dijo que existía «quórum» para realizar la reunión, porque estaban presentes 12 Estados (un tercio de los 35 países miembros).

La representación de Bolivia indicó que la reunión sería convocada una vez realizadas las coordinaciones necesarias en el marco de la Carta de la OEA y las normas de la organización, instrucción que fue ignorada por los 12 naciones miembros de la OEA reunidos en Washington.  

Ante esta sucia maniobra, el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Internacionales del gobierno de Nicolás Maduro denunció en un comunicado que insólitamente un grupo de gobiernos optaron por la vía de los hechos, y usurparon las funciones de la Presidencia del Consejo Permanente con estratagemas legales infundadas.

Con este sucio ardid, la OEA y sus acólitos pretenden imponer su ilegal y profundamente injusto plan de usar a Venezuela para cuadrar la reimposición de una nueva hegemonía fascista que domine el continente.

A todas luces, se trata de una flagrante agresión a la institucionalidad de la OEA y el regreso al pasado intervencionista de ese organismo interamericano, como ha sido su verdadero propósito.

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En el Consejo de Vicepresidentes, Maduro ratificó que ayer «le dieron un golpe de Estado en la OEA a la presidencia y vicepresidencia del Consejo Permanente que ya había asumido el mando», en referencia a Bolivia y Haití.

Jamás ni nunca en los casi 70 años de existencia de la OEA había ocurrido tal bochorno», recordó el mandatario, y acto seguido puntualizó que se trata de un texto insulso, inoperativo, intervencionista, sesgado, vulgar y plagado de mentiras.

No hay dudas de que se el objetivo de todas estas argucias es la de poner en marcha un golpe institucional contra la Patria de Bolívar, y activar la Carta Democrática Interamericana. 

Como dijo el propio Maduro, la OEA se ha convertido en una especie de tribunal de inquisición antivenezolano, violentando además la Constitución del país, toda vez que sienta un precedente negativo para la democracia, la paz y la estabilidad en América Latina.

 

 

 

 

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