Habanos cubanos, a las puertas de su Festival

El tabaco cubano es dueño de una historia y tradición de 500 años que prestigian un aroma y sabor únicos, logrado gracias a la perfecta combinación de suelos, clima y humedad los cuales propician un producto de alta calidad.

Se trata de una herencia legada de generaciones, por nuestro tronco ancestral aborigen de los indios taínos y también plantado y comercializado por todo el planeta.

Miles de hombres y mujeres elaboran, totalmente a mano, los afamados Habanos, como se conoce al producto final vendido en el mercado internacional.

Y es que la preparación de un habano constituye para su creador una verdadera obra de arte, trabajada todo el tiempo a mano, y comienza desde la escogida, donde se seleccionan las hojas por su tamaño y clase y de acuerdo a las características específicas de cada tabaco o vitola.

A ello hay que agregarle, finalmente, los más de 500 procesos manuales que se realizan, incluyendo los agrícolas y de fábrica.

La mayor de las Antillas cultiva en la actualidad en casi todas las provincias del país, las mejores tierras para esa actividad en la isla se localizan en el occidental territorio de Pinar del Río, donde se produce 70%, -en especial la zona de Vueltabajo-, considerada la cuna del mejor tabaco del mundo.

Las finas vegas pinareñas aportan casi la totalidad de las capas utilizadas para la envoltura exterior del puro, sometidas al final de un proceso que puede durar más de un año y a cerca de 190 operaciones antes de degustarse por un fumador.

En el país la industria del habano procesa para los gustos más exigentes una amplia gama de marcas entre la que destacan las seis marcas globales cubanas más conocidas en el orbe: Cohiba, Montecristo, Partagás, Romeo y Julieta, Hoyo de Monterrey y H. Upmann.

La agricultura tabacalera no está ajena a los cambios climáticos y los eventos meteorológicos que han azotado al país.

Para tales fines realiza un plan de acciones de adaptación a estas condiciones y apueste por el desarrollo de ese importante rubro económico nacional.

Cuba incrementa la aplicación de nuevas tecnologías, que hagan más seguras estas campañas, y fortalece su cadena productiva, desde la agricultura hasta la comercialización en fronteras y en el territorio nacional.

 

 

 

 

Autor