Hay periodismo radial en Cuba para rato

Bob Schulberg, en su libro Publicidad Radial El Manual autorizado, escribió «no han ideado una pantalla de TV tan suficientemente grande, brillante, clara y colorida como para igualar la capacidad de la mente para crear sus propias imágenes vivas….. y lo que hace de la Radio un medio espectacular para relatar» (1994).

No fue el único que ratificó las bondades del medio, pues en franca comparación con el teatro, David Ogilvy consideró a «la Radio como el teatro de la mente»;  mientras el académico español Armand Balsebre la ubicaba como «un medio de comunicación y de expresión donde el oyente es anónimo y ausente…»

La radio… la radio, medio que algunos pronosticaron moriría con el surgimiento acelerado de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones y que, contrariamente, se adaptó a las nuevas condiciones desde los propios códigos que la sustentan y la apropiación de otros más contemporáneos que, sin dejar a un lado la identidad de su discurso, lo reafirman.

¿Se podría negar la importancia del medio radial en Cuba, cuyas primeras transmisiones continuadas se remontan al 22 de agosto de 1922 -pioneras en América Latina-? ¿Resulta ahora pertinente cuestionar al periodismo radiofónico en nuestro país, donde el medio -que le toca-,  ha confirmado y confirma su carácter movilizativo, orientador, educativo, de entrenamiento, lúdico…?.

Cabina de Radio Rebelde. Noticiero Nacional de RadioHace más de medio siglo, ya  la radio desempeñaba un papel determinante. Radio Rebelde, órgano oficial del Movimiento revolucionario 26 de Julio, por ejemplo, nacía  en la Sierra Maestra para contrarrestar las campañas de desinformación en la etapa final de la lucha.

Desde entonces, Fidel y el Che, con la visión de combatientes sobre las armas y del pensamiento, avizoraron la importancia del medio radial, no solo para movilizar, sino también para informar. ¡Aquí Radio Rebelde, desde el territorio Libre de Cuba!, retumbaría en cada hogar cubano, donde de manera clandestina se escuchaba la planta. O sea desde mucho antes del triunfo, se certificaba la existencia de un periodismo radiofónico militante.

Tiempo después, el propio Fidel, al rememorar el nacimiento de la emisora de la Revolución, pronunciaba una frase que quedó inscrita para siempre y se convertiría en guía de la labor del sistema radial cubano: «…yo veo ahora a la Radio como una gran Radio Rebelde». Con su luz larga, Fidel confirmaba una vez más  la importancia estratégica de la radio en el país, y reconocía a su colectivo y en especial, a los hacedores de la información cotidiana.

A estas alturas, con una historia tan rica de la radio en Cuba, cuyo sistema articulado a lo largo del país constituye hoy una fortaleza casi irrepetible, sería poco atinado cuestionarse la existencia o no de un periodismo radial, cuando los hechos demuestran que ha sido parte siempre de esa artillería pesada como alguna vez Fidel calificara a los periodistas.

Entre otras, son mis razones:

– El medio radial durante los más duros años del llamado Período Especial, asumió la información que no podían proporcionar otros medios por la reducción, no solo de la tirada del número de ejemplares de los periódicos, sino además de sus salidas, y  la disminución de los espacios informativos de la Televisión.

– De los días más difíciles del Período Especial se conservan valiosos testimonios de lo que fue la batalla cubana en el surco, o durante las movilizaciones del programa  alimentario en intrincados campamentos agrícolas, el quehacer de los cubanos, el afianzamiento a su identidad cultural, sus añoranzas y sueños, la crítica a lo mal hecho, las enseñanzas que dejó la inteligencia colectiva, el carácter batallador del cubano.

– Millones han vivido y seguido,  pegados a un radiecito -muy escasos ahora por cierto-, las incidencias de ciclones tropicales, cuando la electricidad ha faltado por razones obvias, o  conocido además de último minuto, el parte del Instituto de Meteorología, por intensas lluvias o por desastres naturales diversos.

– En periodismo de contingencia, nuestros profesionales de la palabra han desandado y acompañado a integrantes de las brigadas de colaboradores cubanos en naciones como Haití, Honduras, Venezuela, en África, entre otros.

– La radio ha servido de enlace para miles de cubanos que, en las serranías, viven apegados a su medio como a la tierra que pisan.

– La radio cubana estuvo, como otros medios, al frente de las batallas por el retorno del niño Elián González a la Patria, en tribunas abiertas, en los principales combates  librados, siempre con la responsabilidad periodística que la caracteriza y la precisión de sus informaciones. Hoy también libra batallas importantes en todos los campos de la vida económica y social de nuestro país, donde vivimos y del que somos parte.

– Casi desde el mismo triunfo de la Revolución, el medio radial multiplicó su señal al aire, y la catapultó fuera de fronteras con el nacimiento de Radio Habana Cuba que, a través de la Onda Corta, inserta la verdad de la mayor de las Antillas en el mundo durante hace  más de 55 cumpleaños.

– De solo un pequeño número de emisores antaño, ahora somos 96, un ejército de profesionales nada despreciable, por cierto.

– El periodismo radial en Cuba es la historia misma de los cubanos, sus alegrías o tristezas, sus encantos o desencantos, su sentido batallador, su jerga, sus culturas, el habla popular, el sentido de pertenencia, y su historia. Los periodistas de la radio somos todo eso también.

Negar un periodismo radial en Cuba hoy es negarnos nosotros mismos¿Serán insuficientes para su propio reconocimiento, el caudal de inteligencia, el talento y la entrega de un grupo nada despreciable de profesionales de la radio en Cuba, depositados en sus programas informativos, de debate o participación con el impacto que ello tiene en los públicos, muestra de legitimidad y sentido de pertenencia de los que hacemos la radio hoy en condiciones a veces difíciles y sin ser perfectos? ¿Dónde queda el esfuerzo de periodistas, que en las montañas, los municipios y de un extremo a otro del archipiélago toman el pulso a lo que acontece en su entorno más cercano?.

Negar la existencia de un periodismo radial en nuestro país significa negarnos a nosotros mismos, a ser parte pequeña, pero importante, de una obra construida, de la necesaria continuidad, de nuestra propia responsabilidad histórica en la etapa que nos  tocó vivir.

¿Qué calificativo ponerle al periodismo radial cubano cuando en marcha apretada, también junto con otros colegas del gremio, contribuyó a divulgar la verdad sobre el caso de nuestros Cinco Héroes?. Recuerdo recientemente, cómo al finalizar el magistral Desfile por el Primero de Mayo, el Héroe de la República de Cuba, Gerardo Hernández Nordelo, agradecía a la Radio Cubana por llevar la imagen de la fiesta de los trabajadores cada año a sus prisiones, a través de la palabra, específicamente la radio y por el acompañamiento que siempre tuvo con ellos y sus familiares.

Recuerdo igualmente como desandando una buena parte de esta geografía cubanísima, los días radiales cubanos se han convertido en parte de la transformación de sus comunidades y entornos, en vehículos entre quienes dirigen y aquellos que juzgan constantemente lo que se hace, en un acto de honestidad y responsabilidad totales y también de confianza por máximas autoridades en muchos territorios al tomar a la radio como escenario para establecer una diáfana comunicación con su gente. Si eso no es periodismo de este tiempo, renovador y responsable, entonces no sé cómo calificarlo.

¿Qué dirían además los periodistas de las emisoras radiales cubanas que con su pequeña grabadora construyen historias fabulosas desde la magia de la voz de la gente, acercándolas a millones y desde donde se reconocen además cientos de personas, bajo el desafío de obstáculos diferentes que supone llegar a un lugar intrincado o muy inhóspito, pero con la felicidad de saber que después, cuando logramos multiplicar voces, nos consideramos vencedores?.

¿Qué dirán aquellos que se cuestionan la legitimidad de un periodismo radial en Cuba cuando esa misma radio se ha desdoblado y su misma gente, ha logrado desafiar el natural desarrollo tecnológico, sin perder su identidad en la plataforma digital, y alcanzando la cifra bien significativa de 68 sitios Web y alrededor de 25 espacios en idioma inglés?. Ah!, y todo eso sin perder nuestra inmediatez, la palabra como arma de combate, multiplicada ahora en otros formatos que rompan el estricto límite de una frontera: en la red de redes somos la Radio Cubana con muchos soldados.

No somos perfectos, nadie lo es, pero la RADIO ya tiene su lugar. Y lo tiene porque el público donde ella actúa se lo ofrece. Porque cuando ocurrieron los eventos sísmicos en Santiago de Cuba, por ejemplo, fue la radio junto a otros medios quien multiplicó su voz para asumir su papel orientador y la información responsable; porque a lo largo de muchos años innumerables colegas que ahora no nombro por temor al olvido involuntario, nos enseñaron que el bichito que penetra en quienes amamos a este medio, una vez que entra nunca sale. Es en nombre de esos colegas, que afirmo con total satisfacción: que hay periodismo radial en Cuba para rato.

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