Impedir la entrada de inmigrantes ilegales y deportar a indocumentados, líneas maestras de Donald Trump

Sin experiencia política y militar, con modales bruscos y frases ampulosas, Trump se presenta como el supuesto salvador del país y para evidenciarlo se propone desmantelar la gestión de su predecesor, Barack Obama.

En inmigración, medio ambiente, energía y derecho laboral, Trump se proyecta opuesto al presidente saliente, al proclamar que expulsará inmigrantes ilegales, cuestionar las alertas sobre los efectos del cambio climático y favorecer el uso de materias primas contaminantes.

En un gabinete integrado mayoritariamente por personas de raza blanca, acaudaladas y en ciertos casos con posiciones éticas reprochables, Trump prefirió desdeñar a latinos, decisión que suscitó ásperos comentarios de la minoría hispana.

En América Latina, gobernantes, políticos y analistas tratan de descifrar las líneas maestras del presidente número 45 del país norteño, pues habló poco de la región, como si NO fuera visible para él.

Se exceptúan comentarios críticos sobre el inicio del proceso hacia la normalización de relaciones con Cuba y en relación con México.

Ese último país está en ascuas ante la amenaza de Trump de construir un muro en la frontera y alentar el regreso de fábricas a Estados Unidos, con el recorte de empleos en el país latinoamericano.

En el plano comercial, los estrategas del ramo tienen los nervios crispados por los afanes del nuevo inquilino de la Casa Blanca para regresar al proteccionismo y minimizar la globalización, que en su variante neoliberal se abrió paso en los cuatro puntos cardinales.

Trump, además, aboga por una guerra comercial con China y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Canadá y México y el Tratado Transpacífico.

Si en el mundo la figura de Trump genera excepticismo y críticas, lo mismo ocurre entre muchos de sus compatriotas.

La encuestas revelan que el nuevo Jefe de Estado está entre los más impopulares.

NO por casualidad se reportaron manifestaciones en varias ciudades y se espera una masiva, protagonizada por mujeres, el fin de semana.

Antes, legisladores demócratas decidieron boicotear la toma de posesión y grupos humanitarios, pro inmigrantes y representativos de las minorías repudiaron las demostraciones de odio acrecentadas desde el triunfo de Trump.

Ahora bien, sería un error negar que el nuevo presidente despierta la atención de muchos.

Su discurso a ratos incendiario, sin delimitar entre verdades y mentiras y marcadamente imprevisible, atrae las cámaras y micrófonos.

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