por El objetivo que propongo es continuar la práctica de la denuncia, tanto ayer, como hoy y siempre, sobre todo para que los más jóvenes jamás se llamen a engaño escuchando falsedades acerca del llamado sueño americano, o mejor, la gran pesadilla yanqui.
Debo aclarar que las siguientes son, fundamentalmente, de orden legal mediante instrumentos de EE.UU. en contra de Cuba. Claro está, son muy conocidas también otras agresiones que han causado enormes daños, tales como la invasión por Playa Girón, las enfermedades que han introducido en nuestra agricultura; los intentos de asesinato a nuestro líder Fidel Castro; el robo de aeronaves etc.
Por supuesto, el daño a la isla comenzó bien temprano, tanto que desde el período precedente al triunfo de 1959, ya se fraguaban planes de todo tipo para liquidar las acciones rebeldes apoyando a la dictadura de Batista con armas y pertrechos de todo tipo.
Y a partir del triunfo de la Revolución continuaron un sinnúmero de agresiones, entre ellas ya se consideraba aplicar a Cuba la Ley de Comercio con el enemigo; impedimentos “legales” para no permitir la exportación de alimentos y medicinas; rompimiento de relaciones diplomáticas y eliminación de la cuota azucarera, atacando directamente a la principal fuente económica cubana.
Hay que añadir la prohibición a empresas norteamericanas a importar de nuestro país productos elaborados totalmente o en parte aunque fueran a través de terceros países; y también las transacciones crediticias con países comunistas; se endureció en 1996 la Ley Helm-Burton; obstaculizaron visados a cubanos en abierta violación de la Convención de Viena; quedó establecido el pago en efectivo y por adelantado antes del embarque a Cuba de cualquier mercancía, lo que supone también otro incumplimiento de prácticas internacionales del comercio; multas millonarias a entidades extranjeras por violar disposiciones del bloqueo a Cuba, con irrespeto total a otras naciones y sin autoridad legal para ello; y sin olvidar un intenso y permanente trabajo diplomático con la finalidad de aislar a Cuba, lo que, por supuesto, jamás han logrado, sino todo lo contrario, demostrándose en la Asamblea General de la ONU un permanente y sostenido apoyo a Cuba a favor del fin del bloqueo, y el consecuente descalabro sufrido al confirmar que estaban solos contra el mundo.
Definitivamente, confieso que cuesta gran trabajo hablar sobre este tema, porque cualquier persona honesta de este mundo comprende que las acciones del imperio parecen no tener límite practicando injusticia, injerencia, violaciones de todo tipo, sojuzgamiento, desconociendo del derecho de otras naciones y hasta de su propio pueblo, burlándose incluso hasta de organizaciones internacionales.
Este es el imperio de hoy, no obstante, si lo analizamos en el marco de su ideología perversa comprobamos que así siempre ha sido, solo que actualmente ha cambiado los métodos. Atropellar a los demás es objetivo perenne, si de mantener su hegemonía se trata.
Próximamente, intentaré señalar las terribles consecuencias que el bloqueo le ha causado a Cuba, por castigar a una isla rebelde que nunca aceptó, ni aceptará jamás, bajar la cabeza. Lo hemos demostrado desde que éramos una colonia española cuyo pueblo fue capaz de liquidar al ejército de aquella nación muchos cientos de veces más poderoso que el de los mambises cubanos. Así que ya saben, la suerte está echada, la victoria será nuestra.
“Antes que cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la patria, se unirá el mar del sur al mar del norte, y nacerá una serpiente de un huevo de águila”. José Martí