Esta mañana bien temprano pensé en la fecha y la historia que representa, y me dije sin vacilación… “no puede ser pasado por alto este gremio triunfador”. Que bueno recordarlas como inmortales Marianas.
En nombre del movimiento deportivo cubano, originamos un acercamiento a las femeninas, protagonistas de grandes hazañas en los escenarios competitivos. Esas virtuosas que hacen de tiempos y marcas, acontecimientos increíbles.
En Juegos Centroamericanos, Panamericanos y olímpicos, nuestras chicas suelen crispar sus puños, y colocar a la patria agradecida en las más connotadas alturas de los podios.
Que fuera de nosotros sin la mujer cubana, hija de otra galaxia y presta cada día a los más fuertes combates, en el hogar, los centros de trabajo o sencillamente en la siembra de amor y valores.
Llegue a todas desde esta tribuna de pueblo, una felicitación muy deportiva, que sintetiza la admiración y eterno reconocimiento a una obra que crece, envuelta en cera y miel.
A la mujer pinareña, cubana y del mundo, que siempre brille el sol para su estirpe.