Facebook, por citar un ejemplo, es un barrio virtual, un país, un universo donde se lleva lo actual, lo histórico, le verdad y la mentira. Idealistas y materialistas se unen, se contraponen y conviven al igual que en el barrio más banense que exista.
Rencillas, amistades, enamoramientos y conquistas, coqueteos, amores cibernéticos que a veces resultan. Hay de todo, y, como sociedad que es por estos días, está lleno de temas asociados al coronavirus. Humor, ironías, comicidades bien realizadas y algo de lo que más genera vistas es la llamada cuarentena.
Una fémina que habla con los equipos electrodomésticos, menos con la lavadora, porque esa le da vueltas a todo, y tampoco habla con el refrigerador, porque lo ve distante y frío. Ni hablar del tema de los estudiantes.
Alguien dijo que de seguir la cuarentena de seguro los padres encontrarán la vacuna contra el Covid antes que los científicos. Son cubanadas, o latinadas, porque el caso no es exclusivamente nuestro y no solo nosotros generamos buen humor.
La denominada cuarentena no es estar encerrados como presos, pero tampoco andar en la calle con los amplificadores modernos o spiker.
Estando en casa incidimos en acortar el tiempo de duración del virus. Ni hablar de las fiestas, juegos, cumpleaños u otras concentraciones familiares o afines.
Logias, centros de culto y semejantes han cesado sus concentraciones. Los estudiantes son poblaciones de alta movilidad social, de incidencia notable, de ellos depende en buena medida no llevar la pandemia a casa, permanecer en ella es una manera de proteger a sectores más vulnerables, como padres y abuelos. También es sinónimo de autoprotección.
Los padres deben y pueden incidir en que sus hijos no deambulen, aunque sabemos que hay padres y padres, y de que existen hijos que se las traen, pero dejemos que esos sigan siendo la minoría. Al menos aportemos a que los nuestros, los buenos, sean conscientes del momento en que les tocó vivir.
Como me dijo una colega alguna vez: cada generación con su Girón, su Angola y sus misiones. Esta es una misión, desde dentro, que ofrece vida, que es la génesis de la existencia.
El amor tiene valor, la salud permite quizás más adelante tener cuanto usted se proponga, luche o sea capaz de obtener. Vele con estar sano. Cuídese usted y a quienes les rodean. No es tan difícil de comprender y asimilar.