Para dar voz a los excluidos

Esa inclusión no fue un regalo, ni una decisión festinada, sino el resultado, en primer lugar, de la perseverancia de los cubanos en la defensa de la soberanía nacional y por otro lado de la presión de un grupo de gobiernos que entendieron que nuestro país no podía seguir siendo excluido.

Cuba ganó así un espacio que tiene por derecho de conquista y donde puede exponer y defender sus postulados socio-políticos.

Y ahora, cuando Venezuela es la excluida, tenemos que ir a Lima, sede de la VIII Cumbre de Las Américas, a hacer por otros, lo que antes hicieron por nosotros.

Por nosotros y por los demás

Si antes una parte de Latinoamérica se alzó en defensa de Cuba, toca hoy a los cubanos levantarse en demanda del derecho de Venezuela a asistir a la Cumbre de Las Américas.

Ninguna nación del continente sabe cómo la nuestra lo que significa ser excluido del mecanismo hemisférico, por eso nos asiste el derecho a dar la batalla por defender no solo a nuestro país, sino a los excluidos por aviesas razones.

Por supuesto que no se trata de usurpar la representación del otro, sino simplemente de mantener viva la denuncia para que quede claro que como ayer pasó con nosotros, ahora sin Venezuela la región está incompleta.

La próxima semana, cuando unos días antes de la reunión de jefes de estado sesionen en Lima la Cumbre de los Pueblos y el foro social hemisférico, Cuba estará allí para dar voz a los excluidos.

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