Por la defensa de nuestras trincheras de ideas (+Video)

Pero cuando este utiliza como arma manifestaciones apoyadas en burdas expresiones cargadas de groserías y de racismo, cualquier intento de hacer florecer los más puros sentimientos de viril hidalguía, se desvanecen. 

Por encima del lógico enojo del pueblo por las ofensas dirigidas a uno de sus músicos más aclamados y respetados como es el caso de Alexander Abreu, en realidad no podemos menos que sentir lástima. 

Hablamos de la lástima por quienes se saben derrotados desde antes ni siquiera haber comenzado a pelear. 

Hablamos de la lástima por quienes no pueden soportar el apoyo de los cubanos a un músico nada menos que de la popularidad de Alexander Abreu. 

Tales ofensas no son más que la expresión de un malestar incurable causado por la presencia de este indiscutible paladín de la cultura, dueño de una obra de probada calidad en cualquier terreno que se le ponga a prueba, pero sobre todo por ser el compositor e intérprete de ese acendrado símbolo de amor a la patria que se desborda de la pieza Me dicen Cuba. 

Definitivamente, hay que estar, pero muy carentes de principios y bastante cortos de vista para no comprender que cualquier ofensa contra nuestros intelectuales y artistas, lo que provoca es que reaccionemos cada vez más unidos entre todos, como el sólo pueblo que somos. 

En semejante modalidad de combate, saben de antemano que tienen la batalla perdida. Los cubanos de Fidel, heredamos su coraje y entrega por la defensa de nuestras trincheras de ideas.

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