Hay que recordar que el Departamento de Comercio anunció el pasado viernes que prohibiría la descarga y desactivaría las funciones de WeChat, una especie de WhatsApp muy popular en China y utilizada por unos 19 millones de usuarios en suelo estadounidense para mensajería, compras, pagos y para cualquier transferencia financiera. Además, impidió cualquier servicio de soporte técnico en WeChat.
“Aunque técnicamente estuviera disponible para los estadounidenses que ya la hubieran descargado, la aplicación probablemente les habría resultado inútil”, resumió la jueza Laurel Beeler en respuesta a una consulta de la AFP.
Las restricciones gubernamentales habían sido impugnadas en los tribunales por un grupo de usuarios, quienes afirmaron que afectaban en gran medida las relaciones profesionales y personales dentro de la comunidad de habla china en Estados Unidos. Por ejemplo, a muchos usuarios de WeChat les preocupaba que ya no pudieran comunicarse con sus seres queridos a ambos lados del Pacífico.
Los demandantes demostraron que la decisión del Departamento de Comercio planteaba “serias dudas” sobre el cumplimiento de la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que garantiza la libertad de expresión, dijo la jueza.
“WeChat es de hecho el único medio de comunicación para muchos miembros de la comunidad, no solo porque China prohíbe otras aplicaciones, sino también porque los hablantes de chino con fluidez limitada en inglés no disponen de otra opción que WeChat”, señaló.