El festín de la maldad

Sus inveteradas ansias de poder global se demuestran con sólo citar una pequeña muestra de agresiones de un total que no cabe en pocas cuartillas. Unas veces para poseer territorios ajenos, otras implantarse en otros países como mala hierba o, sencillamente, obligar mediante metralla a que se les obedezca.

En Panamá se hizo patente la presencia militar de Estados Unidos hasta 1999, destacándose la invasión mediante la Operation Just Cause (Operación Causa Justa); en Nicaragua varios desembarcos y bombardeos navales, así como la ocupación militar; Haití ocupada desde 1915 hasta 1934, por la amenaza que suponían hacia los intereses económicos de la Haitian American Sugar Company; la República Dominicana, agresiones en 1903, 1904 y 1914, y la ocupación, desde 1916 hasta 1924; tropas estadounidenses ocupan Honduras en 7 ocasiones durante el período 1903-1925; México sufrió el robo de más de la mitad de su territorio y la ocupación de Veracruz, entre otras agresiones, y Cuba, invasión (Playa Girón), guerras químicas y bacteriológicas, sabotajes, bloqueo criminal, varios atentados, incluyendo los fallidos a Fidel Castro, entre otros muchos ejemplos.

Hay un dato curioso que me permito compartir con usted: una gran parte de las intervenciones militares fueron dirigidas por el Mayor General del Cuerpo de Marines de EE.UU, Smedley Butler, condecorado con la Medalla de Honor por su actuación en Veracruz en 1914; y otra al Valor durante la represión de la resistencia en Haití.

Butler escribió su famoso libro «La guerra es un latrocinio». En dicho texto, expresa el sentimiento de haber actuado como un bandido altamente calificado o un pandillero al servicio del capitalismo. Dijo también que, al mirar su pasado, consideró que pudo haber dado algunas sugerencias a Al Capone, «porque él como gánster, operó en tres distritos de una ciudad, y yo, como marine, operé en tres continentes».

Puedo imaginar lo sorprendido que se sintió al conocer lo anterior, aunque no obstante, ya estemos acostumbrados a estas barbaridades.

Claro, al menos este hombre pretendió con su libro arrancar las páginas de aquel otro verdaderamente bochornoso, en el cual fue un personaje secundario, porque el protagónico fue, y aún es, el sistema que convierte los victimarios en víctimas, y los pobres en enemigos.

“Los pueblos de América son más libres y prósperos a medida que más se apartan de los Estados Unidos”, José Martí.

 

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