El guerrerista Bolton castiga con sus mentiras

En la delirante terminología política del asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, despuntan el número y contenido de las sanciones contra Venezuela.

Como parte de una intervención reciente en Lima colmada de diatribas contra el país sudamericano, Bolton trazó nuevamente un enlace caprichoso que solo él y sus jefes perciben entre las decisiones tomadas en Caracas y la presencia allí de cubanos, la mayoría de ellos médicos.

En esa oportunidad, Bolton aclamó la orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump para congelar todos los activos de Venezuela en Estados Unidos, medida que busca la asfixia de millones de personas.

Esa realidad, sin embargo, es ocultada por Bolton, quien insiste en la letanía de que las penalizaciones contra Venezuela NO afectan a sus ciudadanos y solo están dirigidas contra lo que él denomina «régimen» de Nicolás Maduro.

Además de ignorar las limitaciones materiales provocadas por el acoso de la Casa Blanca contra Venezuela, el representante de Trump estableció un enconado paralelo entre el congelamiento de activos de Venezuela y lo que él calificó de embargo contra Cuba.

«Funcionó en Panamá, en Nicaragua y lo hará en Venezuela y Cuba», ostentó Bolton.

Su insistencia casi al borde del paroxismo en enlazar los acontecimientos entre Cuba y Venezuela sobresale como un instrumento gastado e insostenible, pues se trata de países soberanos y amigos, pero cada uno con su propio modelo.

Donald Trump, Mike Pompeo, Marco Rubio y John Bolton hacen el ridículo cuando insisten en presentar a La Habana con una mano directriz por detrás de los funcionarios de Caracas.

Por lo que corresponde a los cubanos, tienen más de medio siglo padeciendo un bloqueo económico y comercial que los llevó a curtir su resistencia.

Nadie niega las carencias materiales en Cuba por esa causa, pero en medio de la agudización del cerco dictada por Trump los ciudadanos buscan alternativas para hacer más eficiente la economía mientras agradecen la solidaridad internacional.

Bolton debe recordar las reiteradas resoluciones de la Asamblea General de la ONU para que Estados Unidos ponga fin al bloqueo contra Cuba.

El febril propósito de los halcones de la presente administración estadounidense de acabar con todos los proyectos de justicia social en el Hemisferio se calza con falacias tan burdas como las de John Bolton.

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