Ante la creación de blogs y webs personales muchos vaticinaron el fin del Periodismo como una profesión consolidada. Sin embargo, hoy el panorama muestra a reporteros más competentes que generan contenidos a través de nuevas plataformas.
Publicar información relevante a través de las redes sociales y canales como YouTube, es muy fácil. Cualquier persona puede hacerlo. Sin embargo, tal generalización atenta, muchas veces, contra la calidad, fidelidad y el acabado de los materiales que circulan en Internet.
Esta situación fue captada por Google. Sus motores de búsqueda fueron actualizados para ir más allá de las estrategias técnicas del posicionamiento web, y centran su atención en los productos bien redactados, donde la relación cortar y pegar no prevalezca.
Tanto es así, que los propietarios de blogs y webs contratan periodistas freelancers para que con sus textos les ayuden a ser seleccionados por Google, cuando un usuario coloca una palabra clave en Internet. Hoy la red de redes pide a gritos calidad.
El periodismo crece como profesión durante la era digital gracias a los nuevos medios de comunicación que cobran vida online. Muchos profesionales se vuelcan al ciberespacio para, comprometidos con la información, crear reportajes más honestos, críticos y mejor estructurados.
La accesibilidad a Internet hizo que los periodistas cambiaran su forma de hacer. Ya no se trata de informar, eso lo puede hacer cualquiera, sino de fortalecer los textos con antecedentes, fuentes fiables, explicaciones bien argumentadas y contrastadas a partir de fotografías, audios, videos… Es ahí donde radica la mayor diferencia entre profesional y aficionados.
Absolutizar es injusto: hay muchas personas que publican contenidos de calidad en Internet. Sin embargo, no son ellos la amenaza para el Periodismo como profesión. El avance o retroceso de una especialidad se basa en el deseo de hacer de quienes la impulsan, y la adaptación certera a los cambios. ¡El Periodismo lo ha hecho bien!.