Fidel. Una victoria de Cuba en Naciones Unidas. Septiembre de 1960

El 18 de septiembre se inicia el viaje de Fidel rumbo a Nueva York, acompañado de Celia Sánchez Manduley, Raúl Roa García, Ramiro Valdés, Juan Escalona, Emilio Aragonés y Antonio Núñez Jiménez, entre otros. Dos días después se incorporaría a la delegación el Comandante Juan Almeida Bosque.

Las inamistosas restricciones y descortés tratamiento de que era objeto el Primer Ministro de Cuba, ocasionó que el jefe de la Misión Permanente de nuestro país en las Naciones Unidas, Manuel Bisbé, entregara una nota de protesta ante el Secretario General de dicha organización, Dag Hammarskjold.

El hotel en que se hallaba la delegación cubana, de nombre Shelbourne, tuvo que ser abandonado cuando su propietario amenazó con expulsar a todos sus integrantes de no pagar alquileres superiores a los acordados. Ante esa situación, de no aceptar el chantaje mencionado, Fidel ordenó comprar tiendas de campaña y ubicarlas, para el uso de la comitiva cubana, en los jardines de las Naciones Unidas, o en el parque Central de Nueva York.

Fue entonces que surgió la propuesta del propietario del hotel Theresa, en el barrio de Harlem de alojar a Fidel y sus acompañantes sin costo alguno.

Mientras todo eso ocurría en Nueva York, en Cuba se hacían los ajustes técnicos para poner en pantalla televisiva la intervención del Comandante en Jefe en las Naciones Unidas. Todo ello, en vivo y en directo. Por entonces, las emisoras que conformaban el Frente Independiente de Emisoras Libres ( FIEL ), el Canal CMBF Televisión – Revolución y el Circuito CMQ, utilizando la tecnología existente realizaron las transmisiones de aquel hecho de trascendencia nacional e internacional.
Era la primera vez que este tipo de transmisión se hacía en Cuba y que nuestro pueblo podía ver y escuchar, al instante en que sucedía el histórico discurso del Comandante en Jefe. Fue una labor encomiable realizada por ingenieros y técnicos cubanos.

Septiembre de 1960. Fidel Castro se entrevista con Nikita Kruschov en Nueva YorkLos días transcurrieron en los que Fidel desplegara una gran actividad. Se entrevistó con Gamal Abdel Nasser, Presidente de la República Árabe Unida, con Jawaharlal Nehru, Primer Ministro de la India; Nikita Kruschov, Primer Ministro de la URSS, Malcom X, líder de los musulmanes negros estadounidenses, así como con el mandatario de Ghana, Kwane Nkrumah.

Llegó el 26 de septiembre, día indicado para la intervención de Fidel en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Presentes se hallaban delegados de noventa y seis naciones, entre ellos, quince jefes de Estado y veintisiete ministros de Relaciones Exteriores, además de cientos de periodistas. Fidel hablaría cuatro horas y diez minutos interrumpido varias veces por los aplausos de varias delegaciones.

Con precisión y voz pausada, Fidel se refirió a las raíces del conflicto histórico entre Cuba y Estados Unidos y a las secuelas de la dominación yanqui en Cuba durante casi seis décadas: enfermedades, desempleos, problemas de la posesión de la tierra, de analfabetismo, la extrema pobreza en campos y ciudades, a todo lo cual la Revolución se había tenido que enfrentar desde su triunfo el 1ro. de enero de 1959. Se sumaba a ello, y de manera incesante, acciones agresivas como la quema de cañaverales y fábricas de azúcar con el uso de aviones procedentes de Estados Unidos, no pocas veces causando muertos y heridos en la población civil.

Al referirse al pacto militar firmado por el gobierno de la tiranía y Estados Unidos, roto definitivamente por la Revolución, Fidel se dirigió al Embajador de Estados Unidos diciéndole que todavía había muchas madres cubanas esperando las condolencias por los hijos asesinados a causa de las bombas suministradas por su país como sostén de la criminal dictadura batistiana.

El Jefe de la Revolución Cubana no pudo dejar de mencionar cuanto de repulsa y condena merecía la permanencia de la ilegal Base de Guantánamo impuesta al pueblo cubano, y el papel de la OEA que se había destacado por sancionar a Cuba y no a los Estados Unidos por sus agresiones.

Fue allí, en el recinto de las Naciones Unidas donde Fidel al mencionar los orígenes de las guerras, expuso de manera tajante y firme:

“ ¡ Desaparezca la filosofía del despojo, y habrá desaparecido la filosofía de la guerra “!.

Con un auditórium internacional tan heterogéneo, y con una forma más de reafirmación revolucionaria, de un país que había hecho una Revolución con profundas raíces sociales, a 90 millas de la potencia imperialista, Fidel dio lectura a la Declaración de la Habana, contentiva de los principios que la sustentaban.

Felicitaciones, abrazos, exclamaciones de apoyo a Cuba y a su Revolución, fueron manifestadas por distintas delegaciones. Cuba representada en el podio de la ONU por Fidel había cumplido una misión histórica, de alcance internacional. Una victoria indudable de la Revolución Cubana y de los pueblos que sufrían la explotación capitalista.

En las horas que restaban para el regreso a la patria se producirían otras medidas policíacas reprimiendo las muestras de simpatías hacia la mayor de las Antillas y a su proceso revolucionario.

Antes de tomar el Britannia, de Cubana de Aviación, el avión fue confiscado por las autoridades estadounidenses, lo que conllevó una decisión inmediata de la delegación soviética al poner a disposición de Fidel y a su comitiva otra aeronave con la cual, y de forma victoriosa, arribaría al aeropuerto internacional José Martí, de La Habana.

Era el 28 de septiembre de 1960, a pocas horas de que Fidel hablara al pueblo convocándolo a la creación de » un sistema de vigilancia colectiva y revolucionaria», los Comités de Defensa de la Revolución como respuesta a las agresiones patrocinadas por la administración estadounidense y sus servicios de inteligencia, en especial la CIA, y sus agentes en Cuba.

La Revolución continuaría su rumbo indetenible.

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