Fidel: universalidad de su pensamiento

Los seres humanos de la talla del Líder Histórico de la Revolución Cubana, por haber consagrado su vida a la justicia, la libertad y el humanismo jamás mueren. En su caso el final biológico no es otra cosa que el tránsito definitivo a la inmortalidad. Fidel empieza a vivir por siempre en todas las causas justas de los pueblos en cualquier lugar del mundo, por lejano que geográficamente se hallen.

«Fidel es Fidel», con toda certeza y exactitud afirmó el General de Ejército Raúl Castro. Es que Fidel de Cuba es también Fidel de la Humanidad.

Luchó y legó a la Patria su definitiva independencia nacional;al triunfo de enero de 1959 inició un programa de transformaciones con una profundidad nunca antes vista en América Latina y el Caribe. Consecuencias del logro de la plena soberanía son los programas sociales, la educación, la salud para todos, el deporte, el derecho al trabajo, la reivindicación de los derechos de las mujeres, la eliminación de la discriminación racial, la institucionalización de una forma de democracia socialista participativa, y la solidaridad humanista con todos los pueblos del mundo, en particular con los más necesitados: con los hambrientos de pan, de justicia, con los olvidados e ignorados.

Fidel es universal porque su pensamiento revolucionario posee dimensiones que alcanzan a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Supo y afirmó que «siempre se puede más»; por ello en su mente vibró continuamente el joven inconforme y rebelde, sabedor de que si algo era bueno, podía también ser mejor.

Heredamos de él un concepto de Revolución abarcador, completo, esclarecedor ante cualquier duda.

Aquel 1º de mayo del año 2000 afirmó con la sabiduría que siempre lo caracterizó: «Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo».

Convido a analizar cada frase, cada afirmación de Fidel vertida en su Concepto de Revolución que estamos ratificando -una vez más- con nuestras firmas todos los cubanos y cubanas.

Exhorto a todos los seres humanos de buena voluntad alrededor del mundo, independientemente de sus ideologías, credos, tradiciones y costumbres, para que al leer y meditar corroboren la magnitudde esa definición.

Lean e interpreten hasta la última coma, el último punto, para aquilatar cuánta grandeza de pensamiento, palabras y acción se resume en un hombre de estatura mundial como la suya.

Fidel es y será -además del paladín de la soberanía cubana, factor de unidad del pueblo cubano, intérprete fiel del pensamiento martiano, constructor de una Cuba nueva- piedra angular de los ideales de justicia de la contemporaneidad. Es hoy por hoy un símbolo indispensable del humanismo, al tiempo que el visionario más universal de nuestra época.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Autor